Mapa de espacios protegidos
EL COLEGIO DE ARQUITECTOS RECHAZA LAS TORRETAS EÓLICAS EN LA PLAYA DEL ESPIGÓN
El Colegio Oficial de Arquitectos se opone rotundamente a la construcción de una Central Eólica para la producción de más energía eléctrica junto a la Playa del Espigón, al considerar que supone un brutal impacto, tanto paisajístico como medioambiental en la zona de Marismas del Odiel, declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO y en una amplia zona de la comarca que la rodea, por lo que insta a las autoridades competentes para encontrar una ubicación alternativa.
El Colegio de Arquitectos quiere dejar patente su decidida apuesta y apoyo a las Energías Renovables, como se desprende de su activa implicación en las sugerencias constructivas aportadas al Anteproyecto de Ley para el fomento de este tipo de energías, así como para el Ahorro y Eficiencia Energéticas de Andalucía, desarrolladas por el Consejo Andaluz de Colegios de Arquitectos.
No obstante, estima que la pretendida construcción de las torretas en El Espigón llevaría aparejada un importante impacto negativo visual en una de las más importantes señas de identidad de la capital y su entorno, cual es la reserva natural de Marismas del Odiel, sin que la ejecución de este proyecto suponga la sustitución de instalaciones contaminantes de producción de energía eléctrica ya construidas o en avanzado periodo de ejecución en el área metropolitana de Huelva, cuya capacidad de producción cuadriplica el consumo de energía de toda la Provincia en su máximo record, lo que lleva a la conclusión de que no hay nada más insostenible que aquello que no se necesita, especialmente cuando provoca importantes impactos negativos de carácter medioambiental.
Por ello, el Colegio de Arquitectos muestra su preocupación y alerta sobre la evidente distorsión que provocará en un paisaje que constituye uno de los más característicos valores naturales y turísticos de la ciudad, alterando de forma sustancial las incomparables puestas de sol frente a la Ría, que refleja una luminosidad crepuscular muy especial sobre la inmensa superficie de la lámina de agua de esta Reserva de la Biosfera.
Todo ello constituye una absoluta falta de respeto y un execrable atentado contra este patrimonio natural de Huelva, tan escasamente valorado, que algunas empresas, instituciones y la propia Consejería de Medio Ambiente, no reparan en arrebatar a esta ciudad, en aras de una actividad industrial exclusivamente lucrativa, representada por la superproducción de energía eléctrica, orientada a la exportación a países cercanos, como Portugal y Marruecos, haciendo prevalecer el importante negocio que supone la venta internacional de energía eléctrica, cuando el precio del kilowatio no está regulado por el Gobierno, sino que se rige por la libertad de mercado, constituyendo la mejor prueba de esta conclusión la construcción de un segundo cable submarino en el Estrecho de Gibraltar para superar la exportación de electricidad, que supone ya para las multinacionales españolas unos ingresos anuales de sesenta mil millones anuales.
El Colegio de Arquitectos denuncia ante la opinión pública que con la implantación de esta industria eólica se pretende, además, una operación de “marketing” publicitario a costa de la imagen de las llamadas energías “renovables”, con la intención de ocultar los graves problemas sociales y medioambientales que generan la construcción de centrales eléctricas muy contaminantes en el mismo entorno de la Ría, pero en el margen opuesto, algunas sin licencia de obras y otras sin autorizaciones ministeriales, arrasando ahora con la playa formada en el espacio natural de El Espigón, sin sopesar los impactos visuales que se generarán en otros municipios cercanos, como Punta Umbría, o Mazagón cuyo potencial desarrollo es esencialmente turístico.
Resultaría impresentable e inconcebible que estas instalaciones, que afectan de forma tan evidente y negativa al paisaje natural, se pretendiesen ubicar en otros enclaves privilegiados como los alrededores de la Alhambra granadina con famosos atardeceres, el Mar Menor murciano, toda la cornisa cantábrica y tantos otros lugares que basan su desarrollo turístico en la pública contemplación de estos espacios naturales privilegiados.
No llega a comprenderse la contradicción constante en que incurren las distintas administraciones públicas, cuando por una parte se potencia una importante campaña publicitaria por parte del Patronato de Turismo de la Diputación para impulsar la denominación “HUELVA LA LUZ”, y por otra parte se pretende convertir todo el área metropolitana en una zona degradada por la imparable actividad industrial, que añade a su ya conocida contaminación atmosférica, la contaminación visual y medioambiental, por lo que llegaría a ser más congruente sustituir el anterior eslogan por el de “HUELVA LA ELECTRICIDAD”.
Finalmente el Colegio de Arquitectos, advierte que con este tipo de actuaciones, se pone en evidente peligro el futuro de la catalogación de esta zona como Reserva de la Biosfera, puesto que tanto desde la UNESCO como de la Unión Europea se pueden suprimir las ayudas económicas concedidas e incluso exigir la devolución de las cantidades aportadas, para la defensa de la zona ZEPA (especial protección de aves) y zona RAMSAR, que las instituciones públicas subvencionadas no se preocupan de proteger.
EL COLEGIO DE ARQUITECTOS RECHAZA LAS TORRETAS EÓLICAS EN LA PLAYA DEL ESPIGÓN
El Colegio Oficial de Arquitectos se opone rotundamente a la construcción de una Central Eólica para la producción de más energía eléctrica junto a la Playa del Espigón, al considerar que supone un brutal impacto, tanto paisajístico como medioambiental en la zona de Marismas del Odiel, declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO y en una amplia zona de la comarca que la rodea, por lo que insta a las autoridades competentes para encontrar una ubicación alternativa.
El Colegio de Arquitectos quiere dejar patente su decidida apuesta y apoyo a las Energías Renovables, como se desprende de su activa implicación en las sugerencias constructivas aportadas al Anteproyecto de Ley para el fomento de este tipo de energías, así como para el Ahorro y Eficiencia Energéticas de Andalucía, desarrolladas por el Consejo Andaluz de Colegios de Arquitectos.
No obstante, estima que la pretendida construcción de las torretas en El Espigón llevaría aparejada un importante impacto negativo visual en una de las más importantes señas de identidad de la capital y su entorno, cual es la reserva natural de Marismas del Odiel, sin que la ejecución de este proyecto suponga la sustitución de instalaciones contaminantes de producción de energía eléctrica ya construidas o en avanzado periodo de ejecución en el área metropolitana de Huelva, cuya capacidad de producción cuadriplica el consumo de energía de toda la Provincia en su máximo record, lo que lleva a la conclusión de que no hay nada más insostenible que aquello que no se necesita, especialmente cuando provoca importantes impactos negativos de carácter medioambiental.
Por ello, el Colegio de Arquitectos muestra su preocupación y alerta sobre la evidente distorsión que provocará en un paisaje que constituye uno de los más característicos valores naturales y turísticos de la ciudad, alterando de forma sustancial las incomparables puestas de sol frente a la Ría, que refleja una luminosidad crepuscular muy especial sobre la inmensa superficie de la lámina de agua de esta Reserva de la Biosfera.
Todo ello constituye una absoluta falta de respeto y un execrable atentado contra este patrimonio natural de Huelva, tan escasamente valorado, que algunas empresas, instituciones y la propia Consejería de Medio Ambiente, no reparan en arrebatar a esta ciudad, en aras de una actividad industrial exclusivamente lucrativa, representada por la superproducción de energía eléctrica, orientada a la exportación a países cercanos, como Portugal y Marruecos, haciendo prevalecer el importante negocio que supone la venta internacional de energía eléctrica, cuando el precio del kilowatio no está regulado por el Gobierno, sino que se rige por la libertad de mercado, constituyendo la mejor prueba de esta conclusión la construcción de un segundo cable submarino en el Estrecho de Gibraltar para superar la exportación de electricidad, que supone ya para las multinacionales españolas unos ingresos anuales de sesenta mil millones anuales.
El Colegio de Arquitectos denuncia ante la opinión pública que con la implantación de esta industria eólica se pretende, además, una operación de “marketing” publicitario a costa de la imagen de las llamadas energías “renovables”, con la intención de ocultar los graves problemas sociales y medioambientales que generan la construcción de centrales eléctricas muy contaminantes en el mismo entorno de la Ría, pero en el margen opuesto, algunas sin licencia de obras y otras sin autorizaciones ministeriales, arrasando ahora con la playa formada en el espacio natural de El Espigón, sin sopesar los impactos visuales que se generarán en otros municipios cercanos, como Punta Umbría, o Mazagón cuyo potencial desarrollo es esencialmente turístico.
Resultaría impresentable e inconcebible que estas instalaciones, que afectan de forma tan evidente y negativa al paisaje natural, se pretendiesen ubicar en otros enclaves privilegiados como los alrededores de la Alhambra granadina con famosos atardeceres, el Mar Menor murciano, toda la cornisa cantábrica y tantos otros lugares que basan su desarrollo turístico en la pública contemplación de estos espacios naturales privilegiados.
No llega a comprenderse la contradicción constante en que incurren las distintas administraciones públicas, cuando por una parte se potencia una importante campaña publicitaria por parte del Patronato de Turismo de la Diputación para impulsar la denominación “HUELVA LA LUZ”, y por otra parte se pretende convertir todo el área metropolitana en una zona degradada por la imparable actividad industrial, que añade a su ya conocida contaminación atmosférica, la contaminación visual y medioambiental, por lo que llegaría a ser más congruente sustituir el anterior eslogan por el de “HUELVA LA ELECTRICIDAD”.
Finalmente el Colegio de Arquitectos, advierte que con este tipo de actuaciones, se pone en evidente peligro el futuro de la catalogación de esta zona como Reserva de la Biosfera, puesto que tanto desde la UNESCO como de la Unión Europea se pueden suprimir las ayudas económicas concedidas e incluso exigir la devolución de las cantidades aportadas, para la defensa de la zona ZEPA (especial protección de aves) y zona RAMSAR, que las instituciones públicas subvencionadas no se preocupan de proteger.