El motivo no es proteger a los barcos, sino agilizar los atraquesDoce boyas han sido instaladas en la margen derecha de la ría para dar amarre a los barcos que ahora fondean a varias millas de los puertos. Este conjunto de boyas forman tres fondeos, dos de ellos para barcos con eslora máxima de 200 metros y otro para barcos con eslora máxima de 150 metros. Los barcos irán amarrados a dos boyas por proa y a dos por popa. El motivo no es proteger a los barcos de oleajes y temporales, poniéndolos al abrigo del espigón, como se nos quiere hacer creer, sino agilizar los atraques para que los muelles no tengan tiempos muertos y siempre estén ocupados.
El inconveniente que presentan es que a más tiempo de permanencia en la ría, más alta es la probabilidad de riesgo de fugas o derrames.
