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13 marzo, 2009

DOÑANA, UN OASIS RODEADO DE LADRILLOS

Hotel en construcción en Cuesta de la Barca (Mazagón)
Las viviendas en el entorno del parque podrían pasar de 105.400 a más de 153.600 en 16 años
Fuente: Hemeroteca El País
MANUEL J. ALBERT - Huelva - 12/02/2007

Doñana está rodeada por núcleos urbanos. Y más lo va a estar si se cumplen las previsiones de crecimiento que barajan los 14 municipios de su entorno. Actualmente, las viviendas de todos éstos suman alrededor de 105.432, que se reparten entre las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz. Si los planes se ejecutan, otras 48.174 casas podrían levantarse en el plazo de 16 años, lo que supone un incremento del 45,7%. El paraje soporta ya una fuerte presión externa, tanto urbana, como demográfica (110.000 personas viven en su entorno). Sin olvidar la potente actividad agrícola o industrial de sus inmediaciones.
Doñana es un gran oasis verde de 104.429 hectáreas flanqueadas por carreteras, núcleos urbanos y ríos como el Guadalquivir. En ese cerco se encuentra el Espacio Natural de Doñana, nueva denominación que aglutina a los antiguos parque natural y nacional y que está gestionado por la Junta. Se trata de uno de los símbolos de la conservación del medio ambiente en Andalucía; hogar especialmente protegido de valiosas especies de flora y fauna que lo convierten en algo único en Europa.
Un espacio cuyos alrededores no han escapado de la presión del hombre y su afán constructor. Los 14 municipios que rodean el parque planean crecimientos urbanísticos que, en ocasiones, suponen enfrentar sus propios criterios con los estrictos márgenes de crecimiento impuestos por la Junta a través del Plan de Ordenación Territorial del Ámbito de Doñana (Potad) y el Plan de Ordenación Territorial de Andalucía (POTA). Normas por las que se trata de alcanzar un crecimiento sostenible.
La ecuación es difícil. Todos los responsables municipales consultados dicen seguir los principios de protección en sus desarrollos urbanos. Pero en un documento sobre el urbanismo de los 14 municipios del entorno de Doñana, redactado por el Plan de Desarrollo Sostenible de Doñana (PDS) -dependiente de la Junta, el CSIC, la Fundación Doñana 21 y la asociación ecologista Adena-, se lanza una seria advertencia: los planes urbanísticos de los municipios entorno al espacio protegido, en su conjunto, "no alcanzan satisfactoriamente los niveles de sostenibilidad (...) primando modelos urbanísticos desarrollistas frente a la implantación de otros planeamientos más consecuentes con la riqueza del entorno natural del territorio donde se encuentran".
En el mismo documento, de mayo de 2006 y cuya actualización ya está en marcha, se alertaba de que 11 de los 14 municipios planeaban crecimientos superiores al 50%, es decir, tenían planificado construir más de la mitad del número de viviendas con el que cuentan. "Este hecho implica un desmesurado crecimiento del suelo urbanizado de los municipios en un breve período de tiempo, por lo que supondrá una grave afección para los distintos componentes de los ecosistemas de la Comarca de Doñana: suelo, recursos hídricos, flora, fauna, etc., así como para aspectos socioeconómicos del entorno tales como disminución de recursos naturales para consumo y actividades económicas, impacto visual o disminución de la calidad de vida", describe el informe.
LA VARA DE MEDIR
Algunos municipios han variado sus crecimientos con respecto a los datos recogidos en el documento del PDS. Pero aun así, sigue habiendo núcleos en los que se podrían violar los criterios establecidos por la Junta, que establece, en el POTA, que los municipios no pueden superar en más de un 40% su superficie urbanizable y en más de un 30% su población en ocho años. Es el caso del sevillano Aznalcázar (PP), de 3.473 vecinos. A sus 2.400 viviendas actuales quieren añadir otras 6.000 según el PGOU que redactan. "Sabemos que es un aumento importante y que la Junta puede poner trabas, pero estamos negociando con ellos", afirma José Antonio Vaquero, edil de Urbanismo de este municipio cercano ya al densamente poblado Aljarafe sevillano. "La Junta no puede usar la misma vara de medir para los municipios grandes y los pequeños. Para nosotros es mucho más difícil crecer de la manera que se pide", añade.
Algo parecido le ocurre a Hinojos, de 3.600 habitantes, gobernados por IU, que pretende casi duplicar el número de viviendas (1.261) construyendo otras 1.128. Otro pueblo con un crecimiento previsto espectacular es Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). El municipio, gobernado por el PP, cuenta con 60.254 vecinos. Su núcleo urbano, que linda con las áreas más meridionales de Doñana consta de 32.464 viviendas, y se rige por un PGOU de 1997. De este plan todavía quedan por construirse 11.483 viviendas. A ellas hay que sumar otras 5.967 viviendas que se contemplan en el avance del nuevo PGOU. Así, el parque inmobiliario del municipio podría verse incrementado en 17.450 casas, de las que 13.248 serían de primera residencia y 4.202 de segunda.
Sanlúcar es un importante polo turístico de la zona. Pero no el único. A escasos metros de Doñana, en la costa, se encuentran dos de los enclaves más paradigmáticos del turismo en Huelva: Mazagón y Matalascañas. Y ambos se encuentran en dos estadios de desarrollo diametralmente opuestos. Por un lado, Mazagón (4.000 habitantes censados), que depende administrativamente de Moguer en un 80% de su territorio y de Palos de la Frontera (20%), tiene pensado incrementar en 4.800 viviendas sus 7.200 actuales a través de Normas Subsidiarias. No sólo eso, Moguer también proyecta construir 7.500 plazas hoteleras que suplirían el déficit que sufre Mazagón.
Por otro lado, Matalascañas va a quedarse como está. Este enclave, que pertenece a Almonte, no verá crecer su actual número de viviendas, 15.255. Y es un alivio, porque Matalascañas es un ejemplo de la presión demográfica a la que está sometida Doñana. Si en invierno el enclave es una ciudad fantasma de 3.500 almas; en verano y temporada alta puede albergar a 120.000.
Con la mirada puesta en el Aljarafe
El crecimiento urbanístico, demográfico y de actividades económicas en el entorno de Doñana es visto por el colectivo ecologista WWF Adena como algo "insostenible". "Más aun, creemos que las ansias de crecimiento y expansión de los municipios no responden a la realidad, no sabemos en qué se basan ni de dónde han sacado sus cálculos", afirma Juanjo Carmona, portavoz de Adena en Huelva. Carmona relaciona este crecimiento con el que se produce en el entorno de Huelva y Sevilla.
Precisamente en relación a la capital andaluza, WWF Adena alerta, en un informe fechado en abril de 2006, del crecimiento desmedido de poblaciones del flanco occidental de la provincia sevillana. Un crecimiento protagonizado en la última década por el Aljarafe y que, según los ecologistas, se expande al entorno de Doñana. En especial cerca de parajes protegidos como el corredor verde del Guadiamar.
En ese informe se destaca las ansias de crecimiento de Aznalcázar, gobernado por el PP. Pero cerca de allí, el municipio de Pilas (11.186 habitantes), gobernado por el PSOE, también propone un crecimiento notable. Si se cumple el avance del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), actualmente expuesto al público, se pasaría de 6.000 viviendas a 10.750 (un incremento de 4.750).