Desde hace algún tiempo la escultura de la Gaviota de Las Dunas está siendo objeto de unas pintadas carentes de cualquier tipo de rasgo artístico, realizadas con un espíritu puramente destructor. Primero fue pintada de verde, y ahora ha aparecido con pintadas azules. No me gusta nada esta escultura por razones que son obvias, y mucho menos la base que la sostiene, porque me parece una malísima imitación de una duna y de medidas desproporcionadas para esta figura, pero hay numerosas formas de protestar mucho más civilizadas, por ejemplo, como yo lo estoy haciendo ahora. Por muy fea que nos parezca hay que respetarla, porque es patrimonio de todos los vecinos de Mazagón y nadie está obligado a compartir nuestros gustos.
Esta actitud de atentar contra la propiedad pública responde a una forma de expresar la rabia y la impotencia de algunas personas, pero es una conducta incívica, antisocial e irresponsable con el medio urbano y con el resto de los conciudadanos, que puede ser sancionada desde los 600 a los 6000 euros.
Esta actitud de atentar contra la propiedad pública responde a una forma de expresar la rabia y la impotencia de algunas personas, pero es una conducta incívica, antisocial e irresponsable con el medio urbano y con el resto de los conciudadanos, que puede ser sancionada desde los 600 a los 6000 euros.