FUENTE: www.elmundo.es
En pinares de Huelva, junto a los campos de fresa que trajeron prosperidad y riqueza a la comarca, se amontonan los sueños rotos de quienes en la otra orilla del Estrecho imaginaron una vida mejor. A veces, el paraíso linda con el infierno.
Si madrugan y llegan a buena hora quizá puedan coger una bolsa de comida (arroz, leche, pescado en conserva, tomate y pan, entre otros productos básicos) que la parroquia de Mazagón reparte cada martes. También presta ayuda Cruz Roja y, sin un euro en el bolsillo y cuando el hambre aprieta, siempre queda el recurso de rebuscar restos de comida entre la basura. Éste es hoy para ellos aquel 'paraíso soñado'.
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En pinares de Huelva, junto a los campos de fresa que trajeron prosperidad y riqueza a la comarca, se amontonan los sueños rotos de quienes en la otra orilla del Estrecho imaginaron una vida mejor. A veces, el paraíso linda con el infierno.
Si madrugan y llegan a buena hora quizá puedan coger una bolsa de comida (arroz, leche, pescado en conserva, tomate y pan, entre otros productos básicos) que la parroquia de Mazagón reparte cada martes. También presta ayuda Cruz Roja y, sin un euro en el bolsillo y cuando el hambre aprieta, siempre queda el recurso de rebuscar restos de comida entre la basura. Éste es hoy para ellos aquel 'paraíso soñado'.
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