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24 julio, 2009

Mazagón, lejos del mundanal ruido

RECORDANDO EL PASADO
AÑO 1988
FUENTE: Hemeroteca ABC
Por Sebastián FORERO CONTIOSO

VIERNES 2-9-88
Mazagón se caracteriza, a diferencia de otras playas del litoral onubense llenas de bullicio y aglomeraciones, por ser un lugar donde el turismo, casi exclusivamente nacional, disfruta de casi trece kiló­metros de finas arenas, 3.200 horas de brillante sol al año y un ambiente de sosiego que le hace ser, dentro del amplio abanico de posibilidades y atractivos de la costa de Huelva, uno de los puntos mas escogidos por aquellos que quieren disfrutar de sus vacacio­nes rodeados de tranquilidad. A simple vista, el marco urbanístico que presenta Mazagón no resulta de lo más atrayente. Sin em­bargo, esta sensación se difumina cuando comprobamos los nu­merosísimos chalés y edificaciones de baja altura que se esconden tras las dunas de arenas. La playa carece de una fuerte infraestruc­tura hotelera. El hostal residencia «Casa Hilaria» y la pensión «Álvarez Quintero», además del Parador Nacional «Cristóbal Colón», son los únicos locales habilitados para que el visitante pueda des­cansar durante un tiempo prolongado. No obstante, y de cara al próximo año, una empresa catalana abrirá un hotel de cuatro estre­llas en terrenos recientemente adquiridos que ocupan una exten­sión de 25.000 metros cuadrados. Contará con ochocientas camas, tres piscinas y parque acuático. Los servicios de los tres campings situados en las inmediaciones de Mazagón palian el problema de alojamiento de los veraneantes: el «Doñana Playa», de primera ca­tegoría, y «Fontanilla» y «Playa de Mazagón», de segunda. Por la noche, los jóvenes suelen poner fin a su jornada en los pubs «Ca­marinas» o «Negro», mientras que los más mayores se agolpan en las terrazas de los numerosos bares. De madrugada son las disco­tecas «Crash» y «Galaxia», junto al pub al aire libre «Los Juncos», los lugares de mayor atracción. Mazagón, un lugar por excelencia que hace las veces de segunda residencia para los onubenses de la capital y los pueblos de los alrededores, cuenta cada verano con un visitante de excepción en la persona del consejero de Obras Publicas y Transportes, Jaime Montaner.