Éste es el camino que tengo que coger todos los días para llegar a mi casa. No vivo en la selva de Zambia ni de Mozambique. Vivo en Mazagón, una población civilizada que debería ser la envidia del mundo, si no fuera por la desidia de los políticos de turno que nos tienen olvidados. Las fotos las he tomado a pie, pues el coche está otra vez en el taller. Los taxis no me quieren llevar por temor a destrozar el vehículo.
Cientos de familias viven aisladas como yo en la urbanización “El Vigía”. Salir a comprar el pan o cualquier artículo de primera necesidad, se convierte en una auténtica odisea que no sabes cómo puede terminar.
Estoy muy decepcionado de todos los políticos y politiquillos que llevan las riendas de este pueblo, y ésta es una prueba más de que Mazagón tiene impuestos de lujo y servicios tercermundistas.
Cientos de familias viven aisladas como yo en la urbanización “El Vigía”. Salir a comprar el pan o cualquier artículo de primera necesidad, se convierte en una auténtica odisea que no sabes cómo puede terminar.
Estoy muy decepcionado de todos los políticos y politiquillos que llevan las riendas de este pueblo, y ésta es una prueba más de que Mazagón tiene impuestos de lujo y servicios tercermundistas.
