Publicado en El Mundo el día 8 de abrilMás de uno os habréis sorprendido al ver esas moles de hormigón que se están construyendo en la avenida Conquistadores de Mazagón. Yo me quedé perplejo cuando las vi, y aún no he salido de mi asombro. En estas construcciones se va a ubicar la estación de bombeo del nuevo colector de aguas residuales, una verdadera chapuza que hace daño a los ojos de quien las mire. Hasta en el pueblo más recóndito de la geografía andaluza, esta obra se hubiera hecho soterrada para evitar el tremendo impacto visual que provoca, pero aquí, en el Parque Natural de Doñana, todo vale. ¿Se hubiera consentido esta obra en la calle Rábida de Palos de la Frontera? Seguro que no.
Es evidente que soterrar estas instalaciones supone un gasto muy superior que la construcción superficial, pero no se puede anteponer la cuestión económica al futuro turístico de una de las mejores playas de Andalucía.
Se exigen unas normas muy rígidas para que la reforma de una vivienda o la instalación de un chiringuito, estén en consonancia con el entorno y, sin embargo, se permite esta barbaridad. Los políticos, los comerciantes, y las diversas asociaciones de Mazagón deben intervenir rápidamente para evitar que la obra continúe y que sea demolido urgentemente lo que ya está construido. Esto sí que es espantar al turismo.
José Antonio Mayo Abargues
Es evidente que soterrar estas instalaciones supone un gasto muy superior que la construcción superficial, pero no se puede anteponer la cuestión económica al futuro turístico de una de las mejores playas de Andalucía.
Se exigen unas normas muy rígidas para que la reforma de una vivienda o la instalación de un chiringuito, estén en consonancia con el entorno y, sin embargo, se permite esta barbaridad. Los políticos, los comerciantes, y las diversas asociaciones de Mazagón deben intervenir rápidamente para evitar que la obra continúe y que sea demolido urgentemente lo que ya está construido. Esto sí que es espantar al turismo.
José Antonio Mayo Abargues
