El propietario de este barco ya no puede más y está al borde de la desesperación. La dirección del puerto deportivo de Mazagón ha encadenado e inmovilizado varios barcos por no estar al corriente de los pagos de atraque, entre ellos el barco de este señor, que aparte de ser su casa, es su medio de vida. Rafael es consciente de la deuda que tiene con el puerto y asume su responsabilidad, comprometiéndose a liquidarla fraccionadamente. ¿Te imaginas que no pagas la contribución y el ayuntamiento te pone una cadena en la puerta de tu casa? Nadie se puede tomar la justicia por su mano.