Foto: www.spaincenter.org
Un abuelo y su nieto tuvieron que ir a Huelva a ver a unos familiares, y para hacer más llevadera la jornada se acompañaron de un burro. El muchacho iba montado en el burro, al pasar por la zona del Remo, oyeron a unos vecinos decir:
-!Qué vergüenza! El joven tan cómodo en el burro y el pobre viejo haciendo el camino a pie.
Al oír estas palabras, decidieron que el abuelo iría en la montura y el nieto andando. Pero pasaron por la zona de Las Dunas y escucharon los siguientes comentarios:
-Vaya viejo egoísta, él tan tranquilo en el burro y el muchacho caminando.
Al escuchar estos nuevos reproches, decidieron que lo mejor sería montar los dos en el burro y así llegaron a la zona de la mancomunidad, en donde los vecinos gritaron:
-¡Eh, vosotros! ¿No tenéis compasión del pobre animal? ¡Con los dos subidos encima vais a reventarlo!.
Vista la situación, llegaron a lo conclusión de que lo mejor sería que ambos continuaran el viaje a pie. De este modo llegaron a la rotonda y oyeron decir:
-¿Habéis visto a ese par de idiotas? ¿Cómo se les ocurre ir andando teniendo un burro?
Moraleja: Esto demuestra que es mucho más sabio seguir los propios criterios que dejarse influenciar por opiniones improvisadas, banales, interesadas o de barras de bar.
Un abuelo y su nieto tuvieron que ir a Huelva a ver a unos familiares, y para hacer más llevadera la jornada se acompañaron de un burro. El muchacho iba montado en el burro, al pasar por la zona del Remo, oyeron a unos vecinos decir:
-!Qué vergüenza! El joven tan cómodo en el burro y el pobre viejo haciendo el camino a pie.
Al oír estas palabras, decidieron que el abuelo iría en la montura y el nieto andando. Pero pasaron por la zona de Las Dunas y escucharon los siguientes comentarios:
-Vaya viejo egoísta, él tan tranquilo en el burro y el muchacho caminando.
Al escuchar estos nuevos reproches, decidieron que lo mejor sería montar los dos en el burro y así llegaron a la zona de la mancomunidad, en donde los vecinos gritaron:
-¡Eh, vosotros! ¿No tenéis compasión del pobre animal? ¡Con los dos subidos encima vais a reventarlo!.
Vista la situación, llegaron a lo conclusión de que lo mejor sería que ambos continuaran el viaje a pie. De este modo llegaron a la rotonda y oyeron decir:
-¿Habéis visto a ese par de idiotas? ¿Cómo se les ocurre ir andando teniendo un burro?
Moraleja: Esto demuestra que es mucho más sabio seguir los propios criterios que dejarse influenciar por opiniones improvisadas, banales, interesadas o de barras de bar.