Boya de mediciones situada al suroeste del cabo de San Vicente
El famoso terremoto de Lisboa se produjo el 1 de Noviembre de 1755, aproximadamente a las 10 de la mañana. No existían sismógrafos en la época, pero por la destrucción que causó, se considera que fue de entre 8.3 y 9 grados en la escala Richter. Este seísmo generó un maremoto que asoló las costas de Portugal, Suroeste de España y Noroeste de África, llegando las perturbaciones hasta Irlanda. La ola llegó a impactar con una altura de unos 15 metros en las costas de Huelva y Cádiz. Sólo en el condado de Ayamonte murieron 1.000 personas a causa del Tsunami. Da la casualidad que en aquellos días se montaban campamentos de pescadores catalanes y valencianos en las playas por la pesca de la sardina, lo que hizo que aumentase el número de víctimas. El convento de San Francisco de Lepe, situado en la zona del Terrón fue totalmente arrasado, muriendo todos sus religiosos. En la zona de Huelva capital, la ola cubrió las marismas e hizo que la ría del Odiel se desbordase, llegando el agua hasta la Placeta.
Si exceptuamos lo sucedido en las playas de Ayamonte, el número de víctimas que provocó el tsunami no fue excesivamente grande en las costas onubenses. La causa principal es que en 1755, la costa de Huelva estaba bastante despoblada, encontrándose la mayoría de los pueblos en estuarios o hacia el interior (Huelva, Ayamonte, Palos, etc.) Actualmente la situación ha cambiado, y las poblaciones y urbanizaciones se suceden a lo largo de la primera línea de costa: Isla Canela, Punta del Moral, Isla Cristina, Islantilla, La Antilla, El Rompido, El Portil, Punta Umbría, Mazagón, Matalascañas,… todas ellas recibirían el impacto directo de un hipotético maremoto.