Páginas

22 octubre, 2011

Hechos verídicos de las tabernas de Mazagón

ANÉCDOTAS DE MAZAGÓN
Nuria Barba
No es raro encontrarte, a eso de las siete de la tarde, a algún veraneante con la bolsa del pan en una mano y el periódico bajo la axila de la misma, pues debe tener una mano libre para la cerveza. ..Con una tranca en lo alto y diciendo…. Voy a tener que irme pa casa, mi madre está esperando el pan para desayunar… ¡Marisa, ponme otra!
Conforme va pasando el verano, vemos a nuestro amigo cada día más deteriorado. Se le puede ver a todas horas del día y de la noche en diferentes sitios. Con la misma camisa, y la barra de pan más dura.
De pronto un mediodía en Ginés, alguien le dice al sujeto… quillo, es 30 de agosto, se está acabando el verano y estás más blanco que cuando llegaste, ¿no bajas a la playa?, a lo que él, con movimientos muy lentos, pues no está para muchos trotes, sacando el periódico del brazo, mira la fecha y dice…. ¡Coño! Si es 15 de Julio, no agobies, ya tendré tiempo.

Una tarde, vimos a Pepe, un vecino querido y conocido por todos en Mazagón, de los que el verano le aturde, por la cantidad de gente que se concentra en la población. Y es que, Pepe, tiene un problema el pobre, no ve muy bien, qué digo bien, no ve nada. Se orienta por las voces de la gente que conoce que le van gritando… Pepe…a la derecha, Pepe que estás echando la ceniza en mi plato de jamón, coño el cenicero está a tu izquierda. Así se pasan los días. Y cuando llega el verano se siente perdido.
Pues bien, como iba diciendo, un día le vimos con el brazo vendado hasta el codo. ¿Qué te ha pasado? Le preguntamos. Y nos cuenta que ha sido atropellado por un coche, que cuando se disponía a cruzar, un coche aparcado que empezaba la maniobra para salir, de pronto se le echó encima, y que el tío del coche, borde donde los haya, le gritó… ¡está usted ciego! Y yo, en el suelo, sin saber si estoy boca arriba o boca abajo y lo único que controlaba era la bolsa del pan que llevaba colgado del mismo brazo del que sentía un terrible dolor, le decía…. ¿usted no es de aquí? Corriendo, me metieron en el coche, pensé que me secuestraban, me llevaron a un sitio donde querían quitarme el pan, yo me resistía, primero porque es mío y segundo porque me duele tela el brazo cuando me tocan. Total, luego supe que era el hospital y que la enfermera sólo intentaba hacerme una radiografía que aquí la llevo, mira….y nos saca la radiografía donde podemos ver el brazo que afortunadamente no está roto y dos preciosas barras de pan que estaban en perfectas condiciones también.
Por Don Pepe, que suena a Gran Hotel Marbellí.