Cuadernos de viaje
Fuente: www.paradoresactivo.es
Nunca podría olvidar aquel otoño recién estrenado en Mazagón. Llegar al Parador era como adentrarte en la propia naturaleza, en el silencio de aquel lugar y de aquel atardecer uno llega a formar parte de los pinos y marismas. Aquel atardecer desde las escaleras que acceden a la playa llega a fijarse en la retina diría yo que para siempre, recordaba mi niñez en las playas de Huelva y renació de nuevo la esencia del Sur que nunca perderé y siempre permanecerán en mí. Después en el silencio de aquel jardín, tomando una copa de manzanilla una descubre que se puede estar en el cielo estando en la tierra.
La sal del sur, el silencio, la calma, los recuerdos y el presente; un todo que uno puede beberse en este parador.