Tengo un amigo escritor, que como todos los escritores está condenado a vivir con un eterno dolor sentimental, debido a esa sensibilidad especial que tienen para percibir las cosas que nos rodean. Pues bien, ayer este amigo salió a pasear por Mazagón y se encontró con esta arqueta sin tapa, situada en la bajada de la calle Laguna del Guijarrillo, que es un peligro inminente para los peatones. Tomen nota los señores responsables de urbanismo.