Terrenos del antiguo campamento
juvenil en Cuesta de la Barca
Foto del archivo de Mazagón Beach
Publicado en El Periódico de Huelva el viernes, 11 de Mayo
de 2012
Pepa
Suárez
Érase una vez el país de los
saldos en el mundo de los saldos… Sabemos que no necesitamos cerrar los ojos y
apelar a la imaginación para evocar tal paraíso. Nos basta presionar una tecla
en el ordenador para contemplar, no sin cierta ira dada la que está cayendo, el
mapa completo de irregularidades urbanísticas que van desde los casos más
corruptos a los más torticeros. La
corrupción ha llegado a contar con su mapa, como lo hacen las montañas, los
ríos, los campings o las carreteras. (especiales.laverdad.es/2006/mapa-corrupcion).
“Pulsa en el mapa para abrir la información de las diferentes provincias y
sobre cada localidad para ampliar la información”. Cuando lo haga no encontrará
la relación de hoteles, ni los iconos religiosos o turísticos locales, sino las
actividades a las que se dedicaron algunas de nuestras autoridades municipales en
la época del boom inmobiliario, cuando en este país los perros se ataban con
longaniza. La movida tuvo tanta personalidad que fueron capaces incluso de
apropiarse de una parte del vocabulario. Decir cohecho, malversación de
caudales públicos, prevaricación de fondos o tráfico de influencias es sinónimo
de Julián Muñoz, Marisol Yagüe y muchos otros colegas con las mismas aficiones.
Hasta hace poco Mazagón no disfrutaba de un lugar privilegiado en este
particular martirologio. Pero ha entrado por la puerta grande. La sentencia del
Tribunal Superior de Justicia de Andalucía sentencia que el equipo de Gobierno
del Ayuntamiento de Moguer, del que depende parte de Mazagón, cometió un fraude
de ley. Resulta que D. Juan José Volante, alcalde de Moguer por el Partido
Popular en la anterior legislatura, era un hombre aficionado a las rebajas.
Pero no a comprar gangas, sino a vender a precio de ganga lo que no era suyo.
Así que intentó vender, desoyendo a todos los técnicos municipales y
posteriormente al Juzgado Contencioso Administrativo de Huelva los terrenos de La Cuesta de la Barca ubicados en Mazagón por diez
veces menos del valor tasado por la Junta
de Andalucía. La ganga se basaba en un juego de palabras. Lo que según parecía
terreno urbanizable, el Sr. Volante y su equipo lo consideraba terreno forestal. Dicen que quien
hizo la ley hizo la trampa. En legislaturas anteriores a Volante, La Cuesta de la Barca , por un juego de alquimia legal,
fue transformada en su tiempo de monte público a terreno urbanizable y
valorado, según esta calificación en unos 23 millones de euros. Pero esa es
otra historia no menos interesante y lo más parecido a la cuadratura del
círculo. La tierra donde trabajaron mis
abuelos puesta en venta a precio de saldo. O en manos de quienes piensan con una
hormigonera en la masa encefálica. De lo que se haga en la actualidad con esos
médanos que miran a un Atlántico infinito depende el futuro de Mazagón. Si la
opción pasa por sustituir la vegetación autóctona y la fauna por un jardín de
grúas y asfixiar los médanos bajo toneladas de hormigón habremos perdido
cualquier seña de identidad y una oportunidad de oro. Esperemos que la falta de
liquidez de los ayuntamientos no nos envuelva en la locura del dinero fresco y
rápido con unas consecuencias irreversibles.