Como no podía ser de otra
manera, la mañana nos pedía a voces un paseo por la playa; cuál no
sería nuestra sorpresa al comprobar que ya intentaban cobrar por estacionar en
el aparcamiento de Las Dunas, en un pedazo de terraplén totalmente vacío. Quiero
pensar que no está detrás de esto ningún Consistorio. Por supuesto,
respeto y considero loable que intenten buscarse el pan y ayudar a sus
familias. Pero eso sí, sin atropellos. Qué se puede esperar de un
país en el que te ganas una profesión entrando en un todo a cien y comprándote
un chaleco reflectante (salvo que ya un ayuntamiento te lo haya regalado),
sales de la tienda con el título de jefe de estacionamiento vial, solo te queda
tomar posesión de toda la superficie que seas capaz de controlar, o quitarle a
otro la ya ocupada, y se atreven a intentar cobrarnos por nuestro propio
suelo, por el que ya pagamos todo tipo de impuestos.
La verdad es que si esto sucede a
uno de mayo, no puedo ni imaginar la que se avecina este verano. Pero supongo
que alguien tendrá autoridad para evitar los atracos de estos modernos
bandoleros, aunque como todos sabemos se consiente todo el año en el centro de
Mazagón. No me extraña que la gente vaya a playas desiertas sin pasar por
la localidad y dejar beneficios en los negocios, lo cual evidentemente no es
por el dinero, sino por la intimidación y oculta amenaza.
Federico Soubrier