Jordi Landero
Francisco Ramírez es uno de tantos propietarios de embarcaciones que se han visto obligados en los últimos meses a causar baja en uno de los puertos deportivos gestionados por la APPA en Huelva. Se ha llevado su velero, de 11 metros de eslora, a las nuevas instalaciones concesionadas que, a principios del verano, se inauguraron en el río Piedras y que gestiona la Asociación Deportiva Náutica Nuevo Portil.
"Siento que me han estafado 50.000 euros en 18 años", asegura. Ramírez ha sido socio del Puerto Deportivo de Mazagón desde su puesta en marcha en 1992 y afirma haber llegado a su jubilación "sin casi poder mantener mi ilusión por navegar a vela". "La APPA -afirma- nos está tomando el pelo desde hace muchos años, subiendo las tasas a golpe de decretazo y sin ofrecer a cambio unos servicios acordes con lo que se paga".