Los mariscadores tradicionales de
coquinas que faenan entre las playas de Mazagón y Matalascañas se quejan de la
escasez de este bivalvo que terminará por hacer desaparecer esta profesión.
Culpan a la proliferación de los barcos arrastreros de estar esquilmando esta
especie. «Esto podría dar muchos puestos de trabajo, pero entre unos pocos se
lo están cargando», nos comentaba un mariscador. Dicen que se sienten
discriminados respecto al resto de los mariscadores del entorno de Doñana, ya
que las licencias para mariscar en la playa del Parque Nacional, la zona más
rica en coquinas —aquí los barcos tienen prohibido faenar—, se las reparten
entre Almonte, Hinojos, Villamanrique, Pilas, Carrión y Sanlúcar de Barrameda,
ignorando al resto de las localidades onubenses.