Como de costumbre andaba
trasteando en internet, de pronto miro hacia la puerta y me sorprende una
figura negra tras la cortina de bambú. Me asomo y esta descarada ha ocupado el
patio. Le ponemos un poco de agua y quiere entrar en casa. Sin mucho pensar la
llamo “negrita” como la del ordenador (Ctrl+N); le indico que ni se le ocurra y
duda. Mas tarde quiere entrar en el coche, como si tuviese también que ir a
trabajar. Se queda con pena aunque nos acompaña hasta el cruce.
Ha vuelto dos días y lo
mismo, al amanecer y por la tarde. No solo ella deambula, son muchos los perros
que una vez terminado el verano son abandonados, pero el descaro de negrita es
especial. Nos gustaría quedárnosla, pero no me parece de recibo tener una
mascota encerrada toda una jornada laboral, los perros necesitan dueños que los
atiendan, si es posible que al menos anden a su lado durante mucho tiempo.
Me gustaría que alguien
que le pudiese dedicar tiempo la adoptase al igual que sucedió con Bandido,
después Manolito, gracias a esta página su fama cruzó fronteras y una pareja se lo llevó encantada.
Yo creo que a quien se
hace cargo de un perrillo no se le puede obligar a estar a su lado toda la
vida, pero sí se podía sancionar al que no se ocupa de llevarlo a un centro
adecuado cuando no puede o quiere mantenerlo, ya que al final tienen que venir
desde allí al llegar las denuncias para buscarlos y atraparlos de una manera
estresante para ellos.
Federico Soubrier García