Cinco juegos: un verano.
Cuatro amigos en Mazagón (Isaías, Ángel, Gangue y Pepe Díaz) quedan para jugar un partido de tenis. Después del partido deciden darse un chapuzón en la piscina y tomar unas cervezas y un vinito mientras dan cuenta de unos tomates. ¿A qué jugamos la próxima semana? Se elige pádel. Así hasta en cinco ocasiones: tenis, pádel, vóley playa, baloncesto y una partida de trivial.
El jugar, como el comer, es un placer que nos puede durar toda la vida. De camino hemos utilizado varias de las instalaciones que se encuentran en nuestra localidad. Las de tenis magníficas, las de pádel necesitan mejorar los accesos y las de baloncesto se encuentran muy deterioradas, tanto la pista como las canastas. Agradecer desde aquí a los monitores de la escuela deportiva en la playa de Las Dunas el ofrecimiento para que usáramos una de las canchas de vóley playa, incluso nos dejaban la red pero ya llevábamos una cinta que dio el avío. Y eso que fuimos a jugar uno de los días que ellos utilizaban para la escuela. Ese día baño en la playa y refrigerio en el Cherengueti.
Por dividirnos lo hicimos con el criterio: los que viven todo el año en Mazagón contra los que vienen para el verano. Después nos dimos cuenta que competíamos Diplomados contra Licenciados pues aunque todos teníamos Magisterio terminado los dos “veraneantes” habían cursado además una licenciatura. El resultado global es lo de menos pero nos impusimos los diplomados (residentes en Mazagón) por 2 pruebas a 1, quedando empate en las dos primeras.
Calor, buenos ratos, muchas discusiones (forman parte del juego) y en conjunto una experiencia que esperamos repetir el verano que viene.
Isaías Pascual Vallés