La mejor forma de conservar las
laderas y evitar los desprendimientos, es manteniendo la arboleda y la
vegetación de la zona, ya que la cubierta vegetal y las raíces de los árboles
frenan la erosión del terreno. La tala de árboles en una ladera representa un
daño ambiental de gran consideración, pero cuando estos árboles suponen un
peligro no hay más remedio que talarlos, pues la seguridad de las personas está
por encima de la conservación de la naturaleza.
Un pino completamente sano, tronchado porque no ha podido
soportar el peso de la copa. Acceso a la playa de Rompeculos (Mazagón)
Hay árboles que van creciendo en
las laderas con una considerable inclinación, hasta que ya no pueden soportar
el peso de su copa y terminan tronchándose, como este que se cayó recientemente
en la pasarela de acceso a la playa de Rompeculos en Mazagón. Otros, son
escarnados por las aguas, dejando sus raíces al desnudo y haciéndolos
vulnerables ante los vientos que terminarán derrumbándolos hacia el vacío.