Los mariscadores están de nuevo
en pie de guerra. La actividad del sector para asegurar su supervivencia pende
muchas veces de un hilo. Regulación, normativas, prohibiciones, furtivismo son
algunos factores que condicionan el marisqueo de la coquina, una actividad que
se desarrolla en el litoral onubense desde hace lustros. Un nuevo componente se
suma ahora con fuerza a todas las amenazas que de manera periódica y reiterada
denuncian los mariscadores: el desempleo. Y es que la falta de trabajo está
motivando que cada vez haya más personas que se dediquen a la extracción de
este bivalvo para el sustento familiar al carecer de otros recursos.
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