Sería la energía ideal, de bajo
coste, mejor dicho nulo y cero consumo, pero lamentablemente esta luna, hoy
como siempre embustera, es decir creciente, no estará ahí cada noche para
alumbrar la farola de la Avenida de Santa Clara. Pero sí lo hará en tanto los
operarios cambien la bombilla y nos devuelvan una luz ciertamente menos
romántica, pero necesaria.
Federico Soubrier