Esta
tarde, tras ver la foto que tenía mi amiga Virginia Tomé en su
móvil, le he pedido que me la pasase pensando que debería
compartirla. Los fresones, cuyo tamaño sorprende, son procedentes de
la finca Juana Ruíz, cuyo propietario Fulgencio Infante, su marido,
me explicaba que son de la variedad “Antilla” originaria de
California y que espera que se sigan produciendo al menos hasta
junio. La extensión está asociada a la Cooperativa Fresón de
Palos, constituida por 192 cooperativistas. Virginia supervisa los
trabajos de doce malíes que no tienen más remedio que llamar a
Fulgencio “Pepe” por problemas lingüísticos y realmente resulta
sorprendente ver esta preciada fruta, “el oro rojo”, comparándola
con el tamaño de su mano, sobre todo con lo que la lluvia ha
afectado a la producción. He tenido la ocasión de degustar alguna
caja de estos fresones, regalada por mis amigos de Mazagón y no sé
si es más sorprendente su sabor o su aroma, que invade el
frigorífico, la cocina y media casa. Enhorabuena por vuestro
trabajo.
Federico
Soubrier García