Quitándole morbo al título,
apostaría a que estas dos chicas de la base de la fotografía y algunos, más
bien pocos, intrépidos bañistas, son los primeros que han ocasionado que
tanto bañadores como bikinis y toallas, comiencen a salir del armario en el 2013,
en este impas metereológico que nos ha dado Mazagón a la vez que las
prendas de lana vuelven a entrar en él, añorando el olor a naftalina o
alcanfor, como mejor suene o recuerde su aroma, a día de hoy prohibido. No sé
cómo seguimos vivos.