Foto: Muguruza |
Fuente: El Periódico de Huelva
La víctima de la estafa de
un clan de Europa del Este ha recuperado su casa después de pagarle 800 euros a
sus inquilinos para que abandonaran el inmueble. Este ha sido el resultado de
una larga negociación basada en continuas amenazas y extorsión.
Y es que el propietario de la
vivienda, tal y como ayer adelantaba este diario, alquiló su casa de Mazagón a
una pareja con “buena imagen” que resultó ser el gancho de un clan de Europa
del Este que se dedica a ocupar viviendas, que no pagan y a las que además le
sacan rentabilidad extorsionando a sus propietarios con cantidades que incluso
duplican el precio de una mensualidad para desocuparlas.
Esta es la situación que ha
vivido Joaquín Pérez, “le alquilé la casa a una pareja y resulta que al final
la ocuparon hasta 10 personas”. El problema no es solo la invasión que ha
sufrido, si no que no le han pagado ni una sola mensualidad, ni un recibo de
luz ni de agua. Una auténtica estafa que ha salpicado a otros vecinos, ya que
incluso contrataron la televisión por cable suplantando la personalidad
de un habitante de la zona, así lo relató, José Antonio García, presidente de
la comunidad de la urbanización Torre del Oro, “Cogieron una factura del buzón
de un vecino y contrataron más canales de televisión”.
Los destrozos han sido numerosos,
según cuentan los vecinos: “desde estropear un jardín, robar bicicletas hasta
armar broncas y montar fiestas hasta altas horas de la madrugada”, una
situación insoportable.
Después de dos meses, los vecinos
de la urbanización respiran más tranquilos. En presencia de la Guardia Civil,
la familia abandonó la casa y tras llegar a un acuerdo con el propietario de la
casa, quien no dudó en pagarles para que se fueran y no esperar una resolución
judicial. “Esperar a que un juez ordenará su marcha me iba a salir más caro,
las facturas de luz y agua eran muy elevadas, he preferido hacerlo por mi
cuenta”.
Después de abandonar la casa, una
de las inquilinas de la vivienda volvieron a llamar al propietario para que le
prestara la llave y así recoger una serie de “objetos que habían olvidado en el
interior de la casa”. A lo que Joaquín Pérez se negó rotundamente, ya que
sospechó que la intención era hacerse de la llave para entrar de nuevo y así
volverlo a estafar.
Unos mil euros le ha costado a
este hombre la estafa, además de los continuos sofocones que se ha llevado
durante dos meses que “han sido eternos”, relata. Ahora, por fin, respira
tranquilo y da la voz de alarma para que no pase por su situación otras personas
que tengan viviendas en alquiler ya que es una situación muy desagradable.