Publicado en el Periódico de Huelva el viernes 14 de junio de 2013
No creo que el cambiar el nombre de Grupo de
Sabios a Comité de Expertos vaya a mejorar mucho el nefasto porvenir que le
espera a los que a día de hoy son pensionistas y a quienes más tarde o más
pronto nos iremos sumando a ello. El citado comité designado por el gobierno,
sí, aquel del programa electoral missing, propone que las pensiones sólo
aumenten si los ingresos del sistema público suben por encima del crecimiento
del número de pensiones, todo ello buscando la sostenibilidad. El criterio
utilizado con el tema Bankia no ha sido el mismo, se ha financiado con dinero
público y europeo en vez de eliminarla como requerían los cánones. El Estado de
Bienestar no puede atender a cuadrar balances de ningún tipo.
Hoy tengo la posibilidad y el gran honor de
rendir homenaje a las gentes que habitaron el Poblado Forestal de Mazagón.
Afortunadamente, podemos regalar gracias a Juan Sánchez Muliterno ejemplares de
un libro dedicado al tesón, coraje, pundonor e instinto de supervivencia de
aquellos primeros pobladores, haciéndolo extensible a nuestros padres, los
niños de la posguerra que levantaron un
país hundido. Los cambios de nombres me dicen poco, aunque la mona se
vista de seda, mona se queda; una prostituta y una señorita de compañía siguen
siendo lo mismo, personas que se buscan la vida con los medios que pueden o
consideran oportuno. Y tan decente es usar el cerebro como las manos o el
cuerpo. Lo que no es decente es mentir a la gente para ganar las elecciones y
joderles las pensiones o cobrarles más por una receta médica. Si Juan o los
amigos que se han ofrecido a dar una copilla, hubiesen hecho balance de
equilibrio o beneficios, no dispondríamos hoy de un rato para homenajear a las
dianas del punto de mira del citado comité.
Si nuestra pirámide de población tiene forma de
barril, más gente mayor en el centro que en el vértice o la base, si antes eran
cinco hijos por jubilado y ahora dos jubilados por hijo, usad el fondo de
reserva de pensiones del Pacto de Toledo, 67 millones de euros que generó y
tampoco distribuyó Zapatero, hasta que lleguen tiempos mejores.
Federico Soubrier García