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19 julio, 2013

CHIRINGUITO “LA GAVIOTA”

Publicado en El Periódico de Huelva el viernes 19 de julio de 2013
Creo que una historia que me contaron ahora se vuelve a repetir. Había una vez un chiringuito llamado “La Gaviota” y tras veinticinco años de concesión al pie del parador de Mazagón comenzó a ser sancionado por Costas y por el Ayuntamiento de Moguer, entonces regido por el PP. Hasta cuarenta mil euros hubo que pagar. La cuestión es que con  la retirada de la autorización de la explotación, José Manuel Gómez tuvo que cerrar su floreciente local hincado en arena y mar y reinstalarse en “El Refugio”, nombre que ni pintado para la situación en la que quedó. Gaviota, gaviota, que dijera Rafael Alberti, una se comió a la otra. Ahora Bárcenas se quiere comer a Rajoy y tiene los cubiertos preparados.

 “Rosa, gracias eres un encanto. Yo estaré ahí siempre. Al final la vida es resistir y que alguien te ayude. Tampoco hacen falta muchos. Un beso y otra vez gracias” - “Luis, nada es fácil, pero hacemos lo que podemos. Ánimo”. Todo esto me sugiere que alguien que te debe mucho te pide que aguantes y se compromete a mojarse para salvarte y salvarse de la quema. A día de hoy estos mensajes me recuerdan el programa electoral que presentó el otrora presidente del Partido Popular y ahora presidente del gobierno español, gracias a una sarta de mentiras que constituían un programa muy goloso para los españolitos que hicieron el primo en las urnas. Luis, hoy está en la cárcel. Rosa, estará temblado y el señor de los mensajes, se lava las manos. En Andalucía un sabio refrán dice que “quien anda con miel se chupa los dedos”. Este señor, el primer presunto, que se chupó cuarenta millones de euros mientras los votantes iban al paro y pagaban muchos más impuestos, dice que le dio noventa mil en negro al segundo presunto, Rajoy, y a Cospedal. ¿Tenemos algún indicio para pensar que todos son unos mentirosos?

De nuevo, las gaviotas se devoran entre sí, y mi amigo José Manuel está ilusionado en poder reabrir su chiringuito, al que llamaría “El niño ya está aquí”. Espero que tenga suerte, una moción de censura y que los votantes estemos algún día ejerciendo de nuevo, pero con algo más de acierto.

Federico Soubrier García