Al
sentirme bastante indignado después de leer la revista “Marzagón”, editada por
el Ayuntamiento de Moguer cada verano y considerándola siempre de una calidad excepcional en cuanto a
literatura, fotografía y calidad material, no puedo más que recordar el suceso
del que fue protagonista Cecilia Giménez, la anciana que intentó recuperar el
Ecce Homo pintado en uno de los muros de la iglesia del Santuario de
Misericordia de la localidad zaragozana de Borja.
Por
supuesto, mi obra no se parece en nada ni tiene la categoría de aquella pintada
en 1930 que la señora destrozó. Pero que el responsable de la citada revista,
Manuel Padilla, se haya atrevido a deformar de semejante manera la colaboración
que le mandé, cambiando título, palabras, métrica, símbolos y en definitiva su
estructura, suprimiendo la imagen que la complementaba, en una especie de alarde
poético que asume mi firma y publica a su gusto, me parece alucinante. Desde
luego, le deseo la misma fortuna y popularidad que a doña Cecilia, cuya fama posiblemente
entre los más jóvenes supere a la del Greco. Lamento su falta de
profesionalidad en un acontecimiento público cultural que marca el verano y
quiero dedicar el original a la población, tanto fija como flotante de Mazagón,
puntualizando que al pie de este trabajo debería haber rezado:
"Postal
diseñada por Federico Soubrier. Réplica del ojo que portaban las embarcaciones
con base en la Torre del Loro hace dos generaciones, vestigio de la
civilización fenicia."
Agradezco
de antemano la imparcialidad de esta web en todo tipo de información, incluida
la cultural, y asumo cualquier responsabilidad que pudiera derivar de esta u
otras acciones al efecto, avalándolo con mi firma.
Federico Soubrier García