ANÉCDOTAS DE MAZAGÓN
Puerto deportivo de Mazagón
Dos pescadores
trasmalleros, de los que vamos a obviar sus nombres, daban vueltas alrededor de
un barco en venta en la marina seca del
puerto deportivo de Mazagón. El más corpulento, después de observar el casco
del barco de arriba a bajo concienzudamente, se dirigió a su compañero y le
dijo:
—Mira que
barco, creo que vale la pena y está muy bien de precio.
Éste, que
desde el primer momento lo había estado observando con cierto desinterés,
respondió:
—Compadre, ese
barco no vale para nada. ¿No ves que tiene psicosis?
—Psicosis,
psicosis…, tú sí que tienes psicosis. ¡Fimosis, compadre, fimosis!, que no te
enteras.
— Bueno, pues
eso, fimosis, pero el barco tiene esa enfermedad rara y no vale para nada.
Evidentemente
los dos sabían que estaban hablando de la ósmosis, una degeneración de la fibra
de vidrio que provoca que el agua penetre en el casco en forma de burbujas,
reaccionando con las sustancias de los materiales empleados en la construcción.
