Dice usted señor Fernández que
moverá cielo y tierra para defender sus derechos y que solicitará daños y
perjuicios por haberle cerrado la discoteca en el día de ayer. Y que pide
perdón a las muchas personas que se
desplazaron a Mazagón sólo y únicamente para entrar en su discoteca, que
tuvieron que irse de Mazagón sin entrar en la misma y que les compensará en
breve.
¿Y usted señor Fernández con qué
me compensará las más de cuatro horas que estuve dando vueltas, no ya en la
cama, sino como un zombie por toda mi casa, mientras los ingentes decibelios me
destrozaban los oídos, el sueño, la paciencia y el descanso obligado antes de
una jornada repleta de trabajo? ¿Me pedirá usted perdón, o solo a los que van a
su discoteca?
Pregúntele usted a los muchos
vecinos, cómo nos encontrábamos los que tuvimos que soportar la música y la voz
de ultratumba que salía por un micrófono a toda pastilla, imagino que arengando
a la gente en la pista de baile.
Porque eso no lo cuenta, no lo
dice usted, señor empresario. Usted va de víctima en su carta a Mazagón Beach,
pero es reincidente en eso. Es más, me parece que le importa usted un pito,
como comprobamos decenas de vecinos la noche del viernes, día en que abría por
primera vez este verano.
Tendrá todos los permisos y todos
los papeles que le soliciten, no me cabe la menor duda, pero sentido del
respeto a los demás, eso no creo que lo tenga en su haber y le recuerdo, que
nosotros, los demás, también tenemos nuestros derechos.
Javier Bernabé