10 octubre, 2013

ATARDECER ROTO EN MAZAGÓN

A menudo nos acercamos a la rampa del puerto deportivo para contemplar el atardecer, lo que nos produce normalmente una buena sensación. Pero hoy, después de ver la habitual familia de gatos que por allí pululan, hemos comprobado que una gaviota se movía por la orilla, lo cual no es habitual a esas horas, casi todas se van a dormir camino de la Isla Bacuta un rato antes de ponerse el sol. Tenía un ala rota. Al intentar cogerla se metía en el agua y nadaba, al retirarnos volvía a salir. En fin, se ha quedado allí viendo entrar la noche, quizás contemplando la belleza de la puesta de sol. Seguramente se defienda como un gallo de los gatos y tal vez vuelva a volar, pero este ocaso ha resultado un tanto triste. Tal vez sea esa sensación de libertad que nos inculcó Richard Bach con su Juan Salvador Gaviota y que este ejemplar la ha perdido quién sabe cómo.

Federico Soubrier García