No es la primera vez que le ocurre.
Como
saben muchos de los que me conocen, soy un “chalao” de esos que salen a correr
a menudo, haga frió o calor, de día o de noche, y no hay semana que por lo
menos un par de veces me ponga mis zapatillas de deporte y me de mi media hora
de carrera, normalmente lo hago por la avenida del Parador, y ayer cuando
volvía de mi sesión de deporte, se unieron dos situaciones, la falta de luz en un
tramo y unos adoquines de la acera levantados, total, que mis cerca de noventa
kilos, cayeron a todo lo largo en el suelo, codo y rodilla erosionados y el
hombro y codo con la sensación de haber recibido un buen puñetazo . Lo peor de
esto es que no es la primera vez que me pasa, hace unos meses cerca de la
gasolinera me pasó algo parecido y desde entonces arrastro un pequeño dolor en
un codo. Y no soy el único al que le pasa algo parecido, algún que otro vecino
ha trastabillado e incluso ha aterrizado en la acera por el mismo motivo. La
solución es correr por la calle, teniendo que estar atento a los vehículos que
vienen, pero habiendo acera, no es lo normal. Alguno dirá que soy un patoso o
un quejica, pero pagando lo que pagamos de impuestos municipales, creo que está
bien poder quejarse, solo hay que darse un paseo y ver que no miento y a las
fotos me remito.
Pepe Vicario.