En Mazagón no solo podemos
disfrutar de su tranquilidad y restaurantes, de sus playas, sino de su entorno paradisíaco:
Pinos hasta la arena, dunas salvajes, kilómetros y kilómetros de playas de
arena inmaculada prácticamente desiertas, la máxima expresión del turismo.
Con el referente al resto de España, siempre asociamos verano y turismo con aglomeraciones, con playas a las que hay que ir muy temprano para poder poner la sombrilla. Mazagón es otra cosa; un pueblecito tranquilo, sin agobios, del que podemos disfrutar: kilómetros y kilómetros de playas de arena fina; un microclima de primavera constante, y unos servicios excepcionales.