Llama la atención el cómo en
nuestra capital han dado solución al feo aspecto que presentan los troncones de
las palmeras muertas a causa del picudo rojo. Paseando por Mazagón se
pueden ver los restos de muchas afectadas por esta plaga en los jardines de algunos chalets e
incluso en nuestras calles. Valga de ejemplo el de la fotografía de la calle
Cantueso. No estaría mal que nuestros ayuntamientos tomasen ejemplo y
convirtiesen estos deshechos en alguna pequeña obra de arte adaptada al
entorno. Solo es cuestión de tener una buena motosierra y un operario
con un poco de habilidad e ingenio y no supone gasto.
Federico Soubrier
Calle Cantueso