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24 marzo, 2014

La mordedura de Rosa

Centro de Salud de Mazagón
Nuestra amiga Rosa, mujer alegre donde las haya y sobrina del "Capitán Salitre" - de tal palo tal astilla-, nos contaba entre sonrisas, mostrándonos las heridillas de su mano, que la semana pasada salió a pasear a su cruce de dálmata, una perrilla tan traviesa e inquieta que la tiene que sacar al campo a pasear. Por el camino decidió recoger algunas piñas secas de entre los arbustos para avivar el fuego de su chimenea, con tal mala fortuna que de pronto fue mordida por una serpiente de unos 75 centímetros de longitud. Como es una mujer de arrestos, la atrapó con el pie, la cogió por la cabeza y la zarandeó hasta descoyuntarla. Seguidamente, para sorpresa del médico, se presentó en el centro de salud de Mazagón con el "bicho" de color marrón y manchas verdes en las manos, preguntándole si era venenosa o no, por si corría peligro su vida. El absorto galeno buscó información y, tras comprobar que aquel reptil procedía de Sudamérica y se utiliza como mascota, dedujo que posiblemente se habría escapado o su dueño se habría desecho de ella.

Rosa le comentó al médico: "Vaya susto que me he pegado", a lo que éste contestó: "Pues anda que ella", mirando al pobre animal.

Ha venido a mi mente un libro que leí en mi juventud, "Medicina para serpientes", en el que un africano se empeñaba día tras día en repetirle al médico en su "choza-ambulatorio" que mientras dormía se le había metido una serpiente por la boca y eso le producía dolores de estómago. El médico no tuvo más remedio que anestesiarlo, hacerle un corte en la barriga, darle unos puntos, buscar una culebra y enseñársela cuando despertó, diciéndole que se la había sacado del estómago, consiguiendo así que lo dejase tranquilo.

¡Me encanta Mazagón!

Federico Soubrier