Casa del Vigía |
En los últimos
años a la atractiva Casa del Vigía le han salido demasiados novios, y es que la
“muchacha” está de buen ver, por su belleza, constitución y elegancia. Sus
pretendientes no han dudado ni un instante en llamar a la puerta de su casa
para solicitar, a la vieja usanza, permiso a su tutor para cortejarla, mostrando
sus afectos hacia ella, y en algunos casos disfrazando sus pretensiones de
sentimientos de amor, con el fin de lucrarse de ella como si de un proxeneta se
tratara.
Diferentes
clubes, asociaciones, entidades deportivas, y personas a nivel particular, han
solicitado la cesión de la Casa del Vigía para su uso y disfrute, argumentando
que esa cesión pondría fin al abandono y deterioro que sufre la casa desde hace
varios años, un abandono triste y lamentable, ya que Mazagón no cuenta con
demasiados edificios históricos como para descuidar los que hay. Pero el
abandono de la Casa del Vigía, denunciado en numerosas ocasiones por el autor
de este artículo, no le da derecho a nadie a solicitar su uso, pues más bien me
parece una actitud “buitrera” para tratar de aprovecharse de una presa muy
codiciada.
La Casa del
Vigía fue construida en 1906, según el proyecto del ingeniero Francisco
Montenegro, con objeto de ser utilizada para controlar el tráfico marítimo de
la ría de Huelva, como centro de verificación de sondeos, observaciones meteorológicas,
del estado de la mar y de las incidencias en la navegación. El edificio fue
construido en una duna con armazón y pisos de hormigón armado, sostenido por 16
postes; un sistema de construcción inteligente, pues a pesar de estar ubicada
en una duna de arena muy fina que el viento arrastra a su antojo, su estructura
nunca ha sido afectada. Fue el primer edificio de Huelva y probablemente de
Andalucía, en el que se utilizó el hormigón armado.
Este edificio
emblemático de la historia del Puerto de Huelva y de la localidad de Mazagón,
tuvo una participación muy activa en los episodios bélicos habidos en esta
parte de la costa en la Guerra Civil y II Guerra Mundial. Desde el torreón de
la casa el vigía divisaba la Barra, las luces de enfilación y gran parte de la
ría, comunicando rápidamente al Puerto de Huelva todos los incidentes ocurridos, ya que la
casa contaba con una línea telefónica.
En el verano
de 1936, recién iniciada la guerra, el vigía fue testigo del bombardeo por
parte una flotilla republicana encabezada por el crucero Miguel de Cervantes,
de dos barcos que habían salido cargados de cemento del puerto de Huelva. El
objetivo no era otro que el de bloquear el canal para impedir el tráfico de
mineral de cobre de las minas de Riotinto, uno de los recursos más importantes
de la economía nacional en aquella época, y que fue moneda de cambio para
adquirir ayuda de países con regímenes políticos fascistas, como Alemania e
Italia. El crucero alcanzó a los dos barcos que navegaban por el canal, echando
uno a pique y dejando encallado al otro, fuera de la zona practicable del
mismo, aunque no consiguió cortar el canal, ya que tras breves operaciones se
pudo restablecer el tráfico.
A pesar de la
supuesta “neutralidad” de España durante la II Guerra Mundial, la Casa del Vigía
fue una pieza clave en el espionaje y sabotaje de barcos aliados. La información
que el vigía enviaba a Huelva: partes de incidencias habidas, entradas y salida
de los barcos, así como sus nombres; tiempo atmosférico, estado de la mar,
etc., era utilizada por el telefonista del puerto, que pertenecía a la red de
espionaje alemana al servicio de Adolfo Claus Kindt, jefe del servicio secreto
militar alemán (Abwehr). Víctimas de este espionaje fueron los buques Barón
Newlands, de bandera escocesa, y el británico Sarastone, bombardeados por un
avión alemán el 28 de octubre de 1941, cuando salían por la ría cargados de
mineral. Ambos barcos estaban en una lista negra por haber comerciado con
puertos rojos del norte de España durante la Guerra Civil.
Este edificio
fue restaurado por la Autoridad Portuaria de Huelva en el año 2006, y cedido al
Ayuntamiento de Palos, junto con la Casa de los Prácticos y la Pasarela de
Pesca Deportiva, por veinte años prorrogables. La Autoridad Portuaria adquirió
el compromiso de financiar conjuntamente con el Ayuntamiento de Palos las obras
necesarias para la habilitación del interior de la Casa del Vigía, según un proyecto
de construcción que debería ser redactado por el Ayuntamiento y aprobado por la
Autoridad Portuaria de Huelva.
Hay razones
más que suficientes para que esta edificación sea declarada Monumento Histórico.
El uso de esta casa, bien se podría dedicar a un museo, un bien social que iría
en beneficio del interés general y no del particular; un museo dirigido por una
institución pública que garantice su tutela, protección, conservación, y que
asegure su transmisión a las generaciones futuras. Mazagón tiene mucha historia
para contar a sus visitantes sin necesidad de ser inventada. Estas tierras y
estas costas están cargadas de historia desde hace muchos siglos.
La Casa del
Vigía no se puede dejar en manos de clubes ni asociaciones, y mucho menos de
personas particulares con fines lucrativos.
José Antonio Mayo Abargues