Esta fotografía
de Federico Soubrier ha despertado en mí una de mis mayores debilidades: ver las
primeras y las últimas luces del día, algo que para otras personas puede pasar
desapercibido sin darle ninguna importancia. Soy así de sensible.
La instantánea captada por
Soubrier nos despide de este primer día del mes, donde las nubes de algodón se
pierden con la puesta de sol y nos dan la bienvenida a los espectaculares
atardeceres del mes de octubre, tal vez los atardeceres más impresionantes del
año.