Con motivo del 58 aniversario de la muerte
de Zenobia Camprubí la Fundación que vela por el legado del matrimonio Jiménez
ha presentado esta mañana un documento inédito, unas cuartillas con traducciones
al inglés que hizo de ‘Platero y yo’ la esposa del Nobel, junto a preciso
vestido y abanico que forma parte ya del recorrido museográfico.
En este año del centenario, y gracias a la
labor de digitalización de los fondos juanramonianos llevados a cabo en la
Universidad de Puerto Rico, se han hallado varios manuscritos que revelan la
traducción que hizo Zenobia de algunos capítulos de la elegía andaluza
previsiblemente hace un siglo, unos valiosos documentos que han sido
presentados esta mañana en la casa museo en un acto presidido por el director
de la Fundación
Antonio Ramírez y por la concejala de Cultura Lourdes
Garrido, junto a la investigadora de esta institución Rocío Bejarano
Ha sido la gran estudiosa e investigadora
juanramoniana, Emilia Cortés, la que ha explicado en la distancia a través de
un escrito remitido a la casa museo, lo que ha significado este hallazgo,
destacando en su narración que ha permitido sacar a la luz unos textos ‘que han
dormido un sueño demasiado largo’, y que se convierten ‘en el mejor homenaje
que podíamos brindar al poeta, a Zenobia y a Platero en este año tan especial’.
A este acto de homenaje a la compañera del
Nobel se han unido miembros de la comunidad educativa del Instituto Francisco
Garfias y del colegio Zenobia, que han dado lectura a varios de los textos
encontrados, bajo la atenta mirada del número grupo de personas que se han dado
cita en la casa museo para sumarse al homenaje tributado hoy a una mujer muy
especial, a la que los moguereños y moguereñas siente como suya.
Hay que recordar que Zenobia Camprubí y
Juan Ramón Jiménez colaboraron juntos en las traducciones al español de los
libros del autor indio Rabindranat Tagore, a partir de las ediciones en inglés,
un idioma que ella dominaba casi como lengua materna. Zenobia realizaba la
traducción y Juan Ramón le daba el acabado poético a los textos. En marzo de
1914 apareció la primera traducción que hizo de Tagore y en febrero de 1915
Juan Ramón le escribió: ‘¿Por qué no traduce usted Platero al inglés? Me dicen
varias americanas que tendría éxito’.
Lo respuesta afirmativa a esta petición la
hemos conocido casi un siglo después, cuando se han encontrado estos textos en
inglés, concretamente ‘Advertencia a los hombres que lean este libro para
niños’, el famoso capítulo dedica a Platero, el de ‘La púa’’, ‘La carretilla’,
‘El pan’, ‘ El niño y el agua’, ‘Amistad’, ‘ El árbol del corral’, ‘ El canto
del grillo’, ‘ El canario se muere’, ‘ La fuente vieja’ y ‘El vino’.
Junto a esta cuartillas escritas por la propia Zenobia , en este acto
de homenaje a la que fuera musa, esposa y principal colaboradora del poeta
moguereño, se han presentado dos valiosos objetos que se incorporan a partir de
hoy al recorrido museográfico de la vivienda que custodia el legado del
matrimonio Jiménez-Camprubí: un vestido negro de gala muy vistoso que utilizó
Zenobia cuando era adolescente y un abanico de madera pintado a mano, que han
sido cedidos generosamente por la sobrina nieta del Nobel, Carmen
Hernández-Pinzón, que en breve entregará a la Fundación una nueva prenda, que
contribuirá a seguir engrandeciendo una casa, a un poeta y a una obra que
siguen vivos.