Los moguereños fueron ayer puntuales a la
cita con su Patrona, congregándose a las 15.00 horas en la iglesia parroquial
para participar en el tradicional traslado de la Virgen hasta la ermita de
Montemayor, pequeño templo en el que descansa ya la Reina chiquita y en el que
se vivieron momentos especialmente emotivos.
Conducida por sus costaleros y arropada por
su pueblo, la Virgen de Montemayor abandonó ayer la iglesia de Nuestra Señora
de la Granada, para iniciar un breve recorrido por la localidad que le llevó
hasta una abarrotada calle Hornos, presidida por el azulejo que levantó en
honor de esta advocación mariana la Hermandad Matriz.
Pero antes de que la comitiva tomase el
camino que conduce hasta el Coto de Montemayor, la Corporación Local
encabezada por el alcalde Gustavo Cuéllar se despidió de la Patrona a las puertas del
Ayuntamiento, haciéndole entrega de un ramo de flores. En este recorrido por
las calles de Moguer, también fueron protagonistas muchos de sus jóvenes y
consagrados artistas, que jalonaron la procesión de la Virgen con sentidas letras en
distintos puntos del itinerario.
En este intenso acto de traslado se
vivieron momentos especialmente emotivos recordando al joven moguereño de 14
años diagnosticado recientemente con un tumor cerebral, que ha podido
finalmente ser intervenido en un hospital público de Málaga. Los familiares,
mezclados entre la multitudinaria comitiva, quisieron así encomendarse a su fe,
para agradecer a la Virgen
que se haya abierto una puerta de esperanza a este enérgico estudiante de 2º de
ESO, cuyo recuerdo estuvo presente durante todo el recorrido.