Páginas

27 octubre, 2014

Los moguereños arroparon a su Patrona en el regreso a Montemayor

Los moguereños fueron ayer puntuales a la cita con su Patrona, congregándose a las 15.00 horas en la iglesia parroquial para participar en el tradicional traslado de la Virgen hasta la ermita de Montemayor, pequeño templo en el que descansa ya la Reina chiquita y en el que se vivieron momentos especialmente emotivos.

Conducida por sus costaleros y arropada por su pueblo, la Virgen de Montemayor abandonó ayer la iglesia de Nuestra Señora de la Granada, para iniciar un breve recorrido por la localidad que le llevó hasta una abarrotada calle Hornos, presidida por el azulejo que levantó en honor de esta advocación mariana la Hermandad Matriz.
Pero antes de que la comitiva tomase el camino que conduce hasta el Coto de Montemayor, la Corporación Local encabezada por el alcalde Gustavo Cuéllar se despidió de la Patrona a las puertas del Ayuntamiento, haciéndole entrega de un ramo de flores. En este recorrido por las calles de Moguer, también fueron protagonistas muchos de sus jóvenes y consagrados artistas, que jalonaron la procesión de la Virgen con sentidas letras en distintos puntos del itinerario.

La Virgen, que estuvo acompañada por la directiva de la Hermandad de Montemayor que preside Joaquín Luís Domínguez, por los nuevos mayordomos y por la Escuela de Tamborileros, llegó a la ermita pasada las 17.00 horas entre los vítores y aplausos de los cientos de moguereños que esperaban ansiosos en la explanada del coto. Como novedad este año la Patrona ha estrenado para el camino las andas que permiten a sus fieles costaleros mecerla y llevarla durante todo el recorrido
En este intenso acto de traslado se vivieron momentos especialmente emotivos recordando al joven moguereño de 14 años diagnosticado recientemente con un tumor cerebral, que ha podido finalmente ser intervenido en un hospital público de Málaga. Los familiares, mezclados entre la multitudinaria comitiva, quisieron así encomendarse a su fe, para agradecer a la Virgen que se haya abierto una puerta de esperanza a este enérgico estudiante de 2º de ESO, cuyo recuerdo estuvo presente durante todo el recorrido.