Según ha podido saber nuestra
redacción, José Manuel Gómez Domínguez, antiguo regente del chiringuito “La
Gaviota”, situado en su día al pie del acantilado del Parador de Mazagón,
descubría el pasado mes de octubre, tras un temporal de lluvia y viento, restos
del esqueleto de un elefante africano en una de las dunas aledañas a la playa
de Rompeculos en Mazagón, perteneciente al término municipal de
Moguer.
Puesto el hallazgo en
conocimiento de la Benemérita, inmediatamente se hizo cargo del descubrimiento
un equipo de arqueólogos de la Universidad de Huelva encontrándose las
estructuras de veinte especímenes más, procediéndose a silenciar la prospección
debido al ingente valor que representaba la casi una tonelada de marfil que
pesaban los colmillos de los mastodónticos animales, dado que para desarrollar
el estudio no resultaba conveniente modificar sus posicionamientos y se temía
que los buscadores de tesoros procediesen a su expoliación.
José Manuel reclama el valor de
las riquezas encontradas, estimadas en unos mil euros el kilo de marfil, o al
menos una parte de ellas, pero la Junta de Andalucía sopesa el poder
declararlas Patrimonio Histórico Andaluz, con lo cual no le correspondería
ningún tipo de indemnización.
Curiosamente, tanto Platón como
Homero escribieron que los atlantes trabajaban el marfil en grandes cantidades
y situaron la Atlántida en un escenario que encaja con los parajes del entorno
del Parque Nacional de Doñana.
Su abogado, conocido defensor de
una folclórica andaluza, expresa a esta redacción la intención de recurrir
hasta las más altas esferas puesto que los paquidermos jamás han sido una
especie oriunda de estas tierras y se sopesa que pudieran ser descendientes de
Abul-Abbas, un elefante asiático que el Emperador Carlomagno recibió como
regalo del generoso califa de Baghdad, Harun al-Rashid, en el año 798, debido a
algunas ornamentaciones similares a las que aquél portaba, aparecidas durante
el desarrollo de las excavaciones.