Izquierda
Unida advierte que el Tratado de Libre Comercio USA-UE amenaza con acabar con
las denominaciones de origen onubenses Jamón de Huelva y Vino del Condado
Pepa Beiras, responsable andaluza Medio Ambiente IU |
La responsable
del Área andaluza de Medio Ambienta Izquierda Unida, Pepa Beiras, explica que
la Comisión Europea y las multinacionales de Estados Unidos están negociando un
denominado Tratado de Libre Comercio que va tener “gravísimas consecuencias en
la economía local de los países europeos y que, entre otras, en el caso de la provincia
de Huelva, supondrá la desaparición de las denominaciones de origen de la
provincia Jamón de Huelva y Vino del Condado, así como la indicación geográfica
protegida de la fresa que se está impulsando para ayudar al desarrollo de este
sector”. Beiras añade que este tratado “acarreará la ruina de las explotaciones
agroganaderas familiares, ya que no podrán competir con las multinacionales,
cuyo modelo de producción masivo y sin apenas garantías sanitarias es el que va
a imponerse y tendrá ventajas sobre la producción local”.
Además, Beiras
denuncia que este tratado “también provocará que se multipliquen los casos como
el de Doñana donde Gas Natural pretende que la Junta de Andalucía le pague 350
millones de euros si no se le permite almacenar gas en el subsuelo de Doñana,
ya que el tratado permitirá ventajas legales a las grandes empresas sobre las
administraciones públicas”.
La dirigente
de Izquierda Unida explica que estas consecuencias se deben a que el acuerdo,
bendecido ya por PP y PSOE, permitirá la liberalización de la entrada de
productos y competencia agrícola y cárnica de grandes multinacionales que
utilizan una regulación sanitaria y de producción más laxa que la europea y
española
Izquierda
Unida advierte de los daños irreparables que para las cooperativas de fresas,
cítricos, ganaderos, pequeñas empresas e incluso el medio ambiente tendrá el acuerdo
que se negocia actualmente en secreto, entre la Comisión Europea y las grandes
empresas estadounidenses. No obstante, este Tratado cuenta con el apoyo de los
dos grandes partidos españoles, el Partido Popular y el PSOE, que han vuelto a
posicionarse a favor de las grandes empresas multinacionales y los bancos, a
los que el Tratado da todas las facilidades para que hagan una competencia
asfixiante a los productos agrícolas y ganaderos onubenses.
La
trascendencia local del Tratado de Libre Comercio USA-Europa es de tal calibre
que hasta afectaría a espacios tan emblemáticos como Doñana, donde están en
juego inversiones gasísticas que hoy, gracias la legislación andaluza y
españolas y también europea, son imposibles y que el Tratado no sólo
consentiría sino que obligaría a indemnizar a las empresas en el caso de
imposibilitarles sus inversiones. Precisamente esa es la advertencia que ya ha
hecho la promotora del proyecto que pone en riesgo la Reserva de la Biosfera,
Gas Natural.
La posición de
Izquierda Unida ante estas amenazas pasa por cerrar las puertas a los lobbys y
abrirlas a la ciudadanía, a las plataformas vecinales, ya que precisamente el
Tratado de Libre Comercio amplía el horizonte de las privatizaciones, desde la
sanidad, la educación hasta la gestión de recursos públicos como el agua.
Desde
Izquierda Unida se ha comenzado a informar a las organizaciones agrarias
andaluzas y onubenses de los perjuicios que acarreará al campo la firma de un
tratado como éste. Y cita entre estos perjuicios la disminución de la renta
agraria, la reducción del número de explotaciones ganaderas y agrícolas y la
entrega a las grandes compañías distribuidoras de la llave para marcar los
precios. Evidentemente, todo esto acabará reduciendo el número de peonadas que
el trabajo agrícola genera entre los trabajadores y trabajadoras de Huelva y
Andalucía.
A esta lista
de perjuicios, Izquierda Unida añade la
zancadilla que el Tratado pone a la compra pública de productos de proximidad,
lo que dificultará, por ejemplo, la venta de productos frescos a cooperativas
locales para destinarlos a acción social. Y tampoco, los ayuntamientos podrán
beneficiar a las empresas de servicios de cada pueblo porque el Tratado de
Libre Comercio obligará a reformar normas y hasta relaciones laborales, en
beneficio de las multinacionales. Un ejemplo: las obras de las plazas y calles
de los pueblos podrán ser asumidas por grandes empresas a través de
subcontratas posteriores porque las adjudicaciones a empresas locales serán
consideradas ilegales si no hay libre concurrencia de ofertas abiertas al
mercado global. Contratos públicos de agua, basura, limpieza serán adjudicados
a grandes firmas internacionales al no poder competir las pequeñas y medianas
empresas a las que hoy benefician los pequeños municipios a través de los ayuntamientos.