Esta mañana nos ha sorprendido
comprobar el destrozo sin razón causado durante la noche en el maravilloso
mirador en el que se encuentra el parque infantil situado al final de la Calle
Arenas Gordas.
Algunos, que a todas luces se encontrarían muy aburridos, han arrancado de
cuajo varias señales de circulación y con aquella que no han podido se
han molestado en doblarla, intentando rematar la faena con los columpios del
parque.
Llama la atención el esfuerzo que han tenido que hacer para desenterrar del
suelo casi un metro de anclaje, así como el entretenimiento en enredar los
columpios para fastidiar a los niños y niñas que pudieran utilizarlos.
Puesto el asunto en conocimiento de la autoridad competente, esperemos que
tomen las medidas oportunas.
¡Cuánta energía y qué poco
talento!
Federico
Soubrier