Se está
convirtiendo en un hecho demasiado repetitivo que la Reserva Federal de
Mazagón, situada en su única calle peatonal, deje tirados a todos sus usuarios
en el momento en que se juntan dos días festivos por la falta de previsión de
sus banqueros en cuanto a los cajeros automáticos, los cuales se encuentran
secos como una mojama, en este caso desde el viernes.
Parece
mentira que en los tiempos que vivimos, tal y como nos cuentan algunos
vecinos, hayan tenido que desplazarse a la capital o a pueblos cercanos a
fin de disponer de dinero necesario para efectuar compras menores, ya que los
empresarios de nuestra localidad, con toda la razón del mundo, se niegan a
cobrar con tarjeta dado que esas operaciones les generan más gastos que
ingresos.
Puedo
entender que esta profesión prefiere recibir antes que dar, pero los
responsables deberían tratar de solventar estas molestias que lamentablemente
se están convirtiendo en costumbre y con ello agilizar el imprescindible
consumo en nuestra localidad.
Federico
Soubrier