La
Fundación del Nobel moguereño presentó ayer como Pieza del Mes la obra del
autor indio Rabindranaht Tagore ‘Luna Nueva’, que fue traducida al castellano
por Zenobia y Juan Ramón. La investigadora Emilia Cortés fue la encargada de
explicar el proceso que acabó por unir las vidas del moguereño y ‘la
americanita’.
Bienvenida a la investigadora |
Dentro del programa de
difusión La Pieza del Mes que pretende dar a conocer al gran público los
magníficos fondos que se custodian en la casa museo Zenobia-Juan Ramón Jiménez,
la Fundación del Nobel nos propone en esta ocasión la obra literaria Luna Nueva
de Rabrindanaht Tagore, de la que se cumple en este 2015 el centenario de su
primera edición en castellano.
El libro del poeta
bengalí resultó decisivo para estrechar los lazos afectivos y literarios entre
el genio poético y la joven Zenobia, ya que el moguereño colaboró con ‘la
americanita’ en la traducción por vez primera del inglés al castellano de la
genial obra de Tagore. Zenobia traducía el original del autor indú con su gran
dominio del inglés, y Juan Ramón aportaba a las traducciones el acabado
poético, por lo que ambos se complementaban perfectamente, como sucedería
después a lo largo de más de 40 años de vida en común.
Para conmemorar el
centenario de esta obra de Tagore y profundizar en lo que supuso esta
‘traducción compartida’ para el devenir posterior de la relación entre Zenobia
y Juan Ramón, se desplazó ayer hasta Moguer una de las mayores especialistas en
la figura de la esposa, compañera, musa y principal colaboradora del Nobel, como
es la gran investigadora literaria y profesora de la Universidad Española a
Distancia (UNED), Emilia Cortés Ibáñez, a la que dieron la bienvenida la
concejala de Cultura del Ayuntamiento de Moguer Lourdes Garrido y el director
de la Fundación Antonio Ramírez.
Emilia Cortés |
Emilia Cortés, quien ya
intervino por la mañana en un acto literario sobre este comienzo de la tarea
compartida entre Zenobia y Juan Ramón, celebrado en la Universidad de Huelva,
es una de las más interesantes y prolíficas investigadores de la vida y obra de
la joven de Malgrat de Mar y del extraordinario binomio literario que ésta
formó con su esposo, no en vano tiene en su haber numerosas publicaciones y
estudios basados en los fondos que se custodian tanto en la propia casa museo
como en la Universidad de Puerto Rico.
En cuanto a la primera
edición en castellano de Luna Nueva, se trata de una obra que vio la luz el 31
de julio de 1915 con un éxito rotundo de la crítica, y se convirtió en la
primera de una larga lista de obras de Tagore que fueron traducidas por el
tándem Zenobia–Juan Ramón. En total, entre poemas líricos y dramáticos, teatro,
cuentos o aforismos, el matrimonio tradujo casi una treintena de libros del
poeta bengalí.
La profesora Emilia
Cortés comentó en el transcurso de su brillante exposición, que desde que
Zenobia y Juan Ramón se conocieron, en el verano de 1913, Tagore se convirtió
indiscutiblemente en el vehículo de la relación entre ambos y en el primer
testigo de su historia de amor. El poeta de Moguer no necesitó más excusas que
la petición de Francisco Acebal de una obra para la biblioteca para niños que
pensaba publicar, para apresurarse a escribirle a ‘la americanita’:
«Querida Zenobia,
antes, cuando volvía a casa, me encontré con el director de La Lectura(…) Le he
propuesto una traducción del libro de Tagore que esta tarde me ha enseñado
usted [The Crescent Moon]. Ha aceptado. De modo que ya sabe usted que hemos de
traducirlo… ¿Cuándo podríamos empezar? ¿El Jueves? ¿A qué hora?».
La impaciencia del
moguereño por comenzar este proyecto junto a la joven que tanto interés había
despertado en él por su frescura, su simpatía y su extraordinaria vitalidad,
deja clara la manera en la que los encantos de Zenobia habían turbado el
corazón y el alma del poeta, que no supo ya vivir sin ella.