Comparto muchas cosas con el
escritor de Mazagón, Federico Soubrier, con el que me une una buena amistad. Comparto
aficiones, formas de pensar y opiniones. El artículo que reproducimos a continuación
sobre las pitadas al himno de España en la final de la Copa del Rey, disputada el pasado sábado en el Camp Nou, es
otra de las muchas opiniones que comparto con él.
Hoy opinar públicamente en este país
de “libertades” se está convirtiendo en algo muy peligroso. Federico, mi más
sincera felicitación por este estupendo artículo que has escrito con tanta
valentía.
Federico Soubrier |
Artículo publicado en www.huelvaya.es
Federico Soubrier
Vaya
por delante, para evitar malas interpretaciones, que no me gustan los reyes; de
salida porque viven en palacios mientras algunos de sus súbditos duermen sobre
cartones. También algo influyó en mí el estudio de “El Príncipe” de Maquiavelo
cuando inicié ciencias políticas y más tarde en sociología. Además siempre me
ha resultado extraño que a mis abuelos les arrebatasen su República y Franco
nos dejase un rey como herencia.
Es
difícil pasar por alto la nefasta imagen que algunos miembros de la familia real
han venido plasmando en los últimos tiempos pero eso no quita que tengamos que
asumir que aquí, de momento, gobierna una monarquía parlamentaria.
Tampoco
me gusta el fútbol. A los seis años descubrí que en el Real Madrid, equipo de
mi ciudad natal, jugaba gente que no había nacido en la capital. Aquello ya era
otra cosa, era dinero puro y duro, dejaba de ser deporte y deportistas que
representaban a su ciudad.
Pues
bien, no comprendo a los necios que han ido al Camp Nou a pitarle al Rey en la
Copa que lleva su nombre. Hay que ser lelo si no quieres ser español para
participar en la Copa del Rey, oficialmente “Campeonato de España-Copa de su
Majestad el Rey de Fútbol”, y ponerte a dar pitidos ofendiendo a toda una
nación. “So tonto del culo”, no participes, ¿para qué quieres ser campeón y
llevarte un copón de algo de lo que reniegas? ¿Cómo te vas a la fuente de
Canaletas a celebrar que eres hincha del mejor equipo del país cuando no
quieres pertenecer a él?
¿Por
qué estáis todos locos de alegría cuando vuestros ídolos forman parte de la
Selección Española y os rasgáis las vestiduras cuando meten un gol? ¿Cómo os
volvisteis tarumbas cuando España ganó el mundial?
¿Qué
razón hace que se soporte un abucheo improcedente en una payasada
independentista y no se ordene que suspenda el partido justo en el momento que
finalice el himno nacional? Seguramente la falta de autoridad y aún más los
conflictos de intereses.
La
cuestión resulta tan absurda como si los antitaurinos comprasen entradas para
pitarle al presidente de una corrida y al final sacasen los pañuelos pidiendo
orejas para los toreros.
Ya
lo dijo el deficiente del pueblo, que no lo era tanto, “Aquí habemos más tontos
que censaos”.
A
mi humilde entender los independentistas deberían abstenerse de participar en
juegos nacionales y, de paso meterse, el pito donde les quepa; solo entonces
podría comprender su postura e incluso, quizás, hasta darles la razón. De
momento, no.