Cómo es posible que un ayuntamiento con los millones de
superávit que tiene, obligue a mendigar a desgraciados sin darles de alta por
dos meses, a expensas de la caridad y a veces miedo de los ciudadanos.
Con lo fácil que sería contratar parados para organizar y limpiar las zonas
cercanas a la playa, sin tener que preocuparnos de driblar al gorrilla o
explicarle las razones por las que no doy dinero.