Llevo
años criticando y denunciando entre amigos y a algún que otro concejal el uso
de aparcamiento discriminado que se le da a la plaza que hay en la parte de
atrás del edificio de la mancomunidad. A la entrada hay dos señales de prohibido
aparcar excepto ayuntamiento y además amenaza con la retirada de cualquier
vehículo por la grúa.
Y me
pregunto yo, quien es el ayuntamiento?, desde que hay democracia tengo claro
que parte del ayuntamiento soy yo como ciudadano y miembro censado aquí. Por lo
tanto me creo en el derecho de aparcar en esa zona sin el peligro de ser
multado y mucho más ahora que tengo que pagar por aparcar en algunas zonas del
centro.
El caso
es que paseando el sábado y el domingo comprobé como hay coches aparcados allí,
por la mañana, por la tarde y por la noche y claro si las oficinas del Ayto.
están cerradas, quien y por qué tiene el privilegio de aparcar ahí?, creo que
de esta forma se están creando ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda.
Ningún trabajador tiene que tener el privilegio de tener un aparcamiento
público reservado y mucho menos un político, que es mi representante y el
escaparate de la sociedad, sobre todo ahora que hay representantes que están
dando una lección de igualdad entre representantes y representados, caso de
Madrid o Barcelona, ahora que renuncian a privilegios medievales la gran
mayoría de nuestros políticos, ahora sería un buen momento para revisar los
privilegios no éticos ni decentes ni honrados de los que disponen algunos.
Propongo
que esa zona se habilite para aparcar los ciudadanos que tengan que visitar las
dependencias del Ayto. por algún motivo, estoy convencido que sería lo más
justo, mientras tanto esa discriminación en el uso que se le da a esa zona la
considero tremendamente injusta.
De poco
sirve poner algunos ejemplos para justificar esta situación, lo único que se
conseguiría es normalizar una injusticia. ¿Se imaginan Uds. que todos los
trabajadores de todas las empresas (grandes, medianas, pequeñas y Pymes)
tuviéramos un aparcamiento reservado en la puerta de nuestro trabajo? Yo
tampoco.
Fco. Javier Carrión Martínez