Pinares de Mazagón. Foto:
Mazagón Beach
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La
Ley de Montes del PP, que afecta a más de 50% de la superficie del país, queda
aprobada este mes y pasa a permitir el
cambio de uso de suelo forestal a urbanístico en montes quemados, sin otra
explicación aparente que modificar la norma y privatizar en beneficio de quién
sabe quién echando al traste los trabajos de 20 años en materia de legislación
para la protección ambiental.
Con
la excusa de que esta ley “contribuirá a
la conservación de la biodiversidad, la prevención de los incendios
forestales, la lucha contra el cambio climático y el aprovechamiento económico
de los montes”, Isabel García Tejerina, ministra del Ministerio Agricultura,
Alimentación y Medio Ambiente, ejecutora de los planes de su predecesor Arias
Cañete, da pie a que se vayan a incendiar intencionadamente miles de hectáreas
de suelo forestal con el mero fin de su reclasificación como urbanístico.
La
justificación será, según ley, por “razones imperiosas de interés
público” y cada Comunidad Autónoma resolverá como quiera, teniendo en cuenta para
ello el concepto legal de “monte” como todo terreno en el que vegetan especies
forestales arbóreas, arbustivas, de matorral o herbáceas, sea espontáneamente o
procedan de siembra o plantación y que cumplan o puedan cumplir funciones
ambientales, protectoras, productoras, culturales, paisajísticas o recreativas.
Ya
me imagino a algún pirado prendiendo fuego a la sierra de Cazorla o a los
pinares de este Mazagón en el que vivo, cargándose el Pino Centenario (nuestro monumento
natural) entre otros, poniendo en peligro vidas humanas y fauna animal para
montar una urbanización privada, un campo de golf, un complejo hotelero o un
imprescindible aquapark.
Sin
duda se comenzará a especular con el suelo a la vez que de nuevo con el
ladrillo para su urbanización. Antes era necesario que pasaran treinta años de
la fecha del incendio para poder reclasificar los terrenos con la prohibición
explícita incluso de comercializar la madera, lo cual no daba pie a una
especulación inmediata, haciendo que los desalmados perdiesen el interés por
cometer fechorías en este sentido. Pero ahora, como pirómanos no faltan y menos
si se les paga debidamente, va a arder media España.
Sabiendo que andamos en un país en que los corruptos
campan a sus anchas, volverán a resucitar aquellos salvajes que en otros
tiempos amarraban a la cola de un zorro vivo una cuerda de un metro con un trapo en la otra punta, impregnado en brea
ardiendo y lo echaban a correr monte arriba para poder construir chalets a los
pudientes en pleno medio ambiente.
Curiosamente, la misma ley retira las atribuciones de los
agentes forestales para vigilar, investigar y llevar a los tribunales los
delitos ambientales, limitándose en adelante a la gestión de sanciones
administrativas. Casualmente, ellos se estaban convirtiendo en las moscas
cojoneras de empresas y señoritos de cortijo; ahora será necesaria la
contratación de vigilancia privada, pero al mando de estos últimos.
Ley Mordaza, LOMCE, Ley de Montes… ¿Para cuándo la Ley
del Sentido Común antes de que un reencarnado Nerón aproveche los incendios y
nos demuestre su megalomanía? ¿Quizá para cuando esté todo chamuscado?
Federico Soubrier
García
Sociólogo y Escritor