El programa se inició con la
presentación de la pieza que este mes de diciembre nos propone la casa-museo
del Nobel para ocupar un lugar de privilegio en su itinerario museográfico, y
que no es otra que el delicado regalo que recibió Juan Ramón Jiménez poco
después de la publicación de Platero, una presentación que realizaron el
director de la casa-museo Antonio Ramírez y la documentalista Rocío Bejarano,
acompañados por las concejalas moguereñas Rocío Domínguez y Eva Rodríguez.
Salón de actos de la casa-museo |
Se trataba de una pequeña
reproducción en papel cartón del entrañable borriquillo, un regalo con el que
Natalia Cossío, hija del insigne pedagogo y más tarde esposa del que fuera
director de la Residencia de Estudiantes, Alberto Jiménez Freud, a la que tan
vinculado estuvo el moguereño, envió a Juan Ramón en la navidad de 1915 y que
desde entonces ocupó siempre un lugar preferente en el despacho del moguereño.
Tal y como el poeta nos cuenta en
uno de los apéndices de su universal obra «Viene en una caja de cartón con esta
indicación. ¡Cuidado! ¡Frájil!... entre papeles de seda y flores...».
La emoción que esta sencilla
figura causa al moguereño le lleva a escribir poco después un nuevo capítulo
titulado Platero de Cartón, donde narra cómo ese obsequio de su entrañable
amiga lo acompaña todos los días en su escritorio y le parece que es incluso al
propio Platero al que mima con su mirada. Juan Ramón nos cuenta que es «mitad
gris, y mitad blanco; tiene la boca negra y colorada, los ojos enormemente
grandes y enormemente negros; lleva unas angarillas de barro con seis macetas
de flores de papel de seda, rosas, blancas y amarillas; mueve la cabeza y anda sobre
una tabla pintada de añil, con cuatro ruedas toscas».
La persona que tan generosamente
felicita la navidad de 1915 a JRJ obsequiándole con este Platero de Cartón, fue
como se ha comentado Natalia B. Cossío, con la que el Nobel mantenía una gran
amistad que surge a raíz de la relación que el moguereño mantenía con su padre
y que se extiende durante toda la vida, como prueba la abundante
correspondencia entre ellos, o las caricaturas líricas que JR les dedica a
Natalia y a su esposo en una sección de sus Libros de Madrid. La descripción
que el poeta hace de esta gran amiga es prueba evidente del cariño y la
admiración que Juan Ramón sentía por Natalia, de la que afirma «Aquella Diana
adolescente que huía de ella misma sin más pasión ni sueño que la aurora, se ha
ido formando, poco a poco. Mujer de hilos sutiles, al abrirse plenamente ha
surjido despejada y pacífica la flor natural, ha surjido su cuerpo de su alma.
No sé de nadie que tenga un cuerpo más igual a su alma. Habla lo justo. Mira lo
necesario. Se detiene lo preciso. Da lo suficiente. Si hubiera que nombrarla de
nuevo no habría más que copiarle el nombre de su frente: la nobleza».
Antología de poesía joven |
La segunda cita del intenso
Miércoles Literario fue la presentación de un libro-catálogo que recopila tanto
los Documentos del Mes que se pudieron admirar el pasado año en el archivo
histórico moguereño, como las Piezas del Mes que ocuparon un lugar de
privilegio en la casa-museo del Nobel,
todos ellos compuestos por documentos y materiales relacionados con el centenario
de la primera edición de Platero y yo. El centro de estudios juanramonianos y
el propio archivo moguereño son los responsables de los textos que complementan
el singular material que se ha recopilado para esta publicación que se
convierte en un elemento indispensable para conocer la repercusión que tuvo el
Año Platero en estas dos instituciones culturales moguereñas, como afirmaron en
su presentación tanto el director de la casa-museo Antonio Ramírez, como el
responsable del archivo, Diego Ropero.
La velada literaria se cerró con
la presentación de una antología de poesía joven onubense que han realizado
Alejandro V. Bellido y Rafael Núñez Rodríguez, un proyecto que ha tratado de
sacar de los cajones del olvido a poetas jóvenes sin espacio hasta ahora para
publicar sus textos.
La obra recopila el talento de
cuarenta jóvenes onubenses de entre 18 y 30 años, y se convierte en un reflejo
de la sociedad en la que vivimos, que interpela al lector con una multitud de
voces y textos de muy distinto estilo y temática. La antología ha tenido muy en
cuenta el legado de Juan Ramón Jiménez y de toda la poesía onubense y para ello
ha contado con autores de todos los rincones de la provincia por lo que se
trata de una oportunidad única de encontrarse con el presente más joven de la
poesía de nuestra tierra.